La llegada de un grande
Durante toda la semana, un cielo completamente cerrado amenazaba con venirse abajo justo en el que sería un día histórico para la UAA. Pero la tarde del 19 de agosto, el cielo se abrió para dar paso a uno de los personajes más importantes del periodismo en México: Juan Villoro.
Eran las 4:05 de la tarde y la espera se sentía eterna, aunque habían pasado apenas cinco minutos de la hora pactada para el encuentro con el escritor. Al salir de la rectoría, ahí estaba él, sentado en una silla mientras una persona le sacaba unas fotografías. Un hombre vestido con camisa y calcetines azules, pantalón de mezclilla y un saco; con una enorme sonrisa y una barba y bigote salpicados con escarcha que delata su experiencia.
Se puso de pie, saludó a los presentes, pasó al lado mío y puso su mano sobre mi hombro. A la rectoría entramos todos juntos: escritor, rector, decano, doctores, autoridades, periodistas y algunos afortunados alumnos.
Lo primero que mencionó –y que recalcó en varias ocasiones- fue el honor que era para él el poder estar en la UAA. Dijo que teníamos un campus maravilloso. Cómo no iba gustarle, pensé, si todo ese césped seguro recordó le recordó algún campo de futbol.
Después de algún intercambio de risas y palabras, el rector Mario Andrade agradeció su visita al periodista, haciendo una analogía entre el trabajo en equipo, el futbol y la comunicación.
Juan Villoro tomó la palabra y habló mucho de la importancia de los alumnos. Destacó siempre a los alumnos de comunicación, a quienes invitó a tener siempre “la emoción de ser los pioneros en lo que hagan” y “sentirse orgullosos de ser lo que mas necesita el país en estos momentos”.
El distinguido visitante firmó el libro de visitantes distinguidos. El nombre de Juan Villoro quedó inmortalizado junto a los de intelectuales y premios Nobel.
Por supuesto que habló de Necaxa, equipo de sus amores; habló de futbol, de educación, de cultura, de periodismo, de comunicación… Pero, una vez más, de lo que mas habló Juan Villoro fue de generar presencia en los alumnos y de nunca olvidar que “los alumnos son el alma de la universidad”.
Sobre el autor
Juan Pablo Esparza Estudiante de la licenciatura en comunicación e información en la UAA. Apasionado por la música y la política. Mi meta es dejar huella.
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