Publicado en agosto 31st, 2016 | por Fernando Vega

Rescatan 100 cortometrajes para Filmoteca de Comunicación

En el 2011 Martin Scorsese lanzó la película “Hugo”, conocida en México como “La invención de Hugo Cabret”. En ella hay un personaje, René Tabard (interpretado por Michael Stuhlbarg), que entre su memorabilia de cine tiene material audiovisual de George Méliès y lo utiliza para mostrarle al cineasta que su trabajo, por más viejo que sea, no es olvidado.

Fuera de la ficción aparece Karla Delgado. Como coordinadora de la academia de Comunicación e Información Pública, la maestra es encargada de resguardar, al igual que René, material audiovisual valioso y antiguo, hecho por alumnos que generación tras generación han pasado por las carreras de Comunicación.

Delgado ha catalogado más de 100 trabajos audiovisuales, tanto cinematográficos como televisivos, realizados desde la década de 1990, con los que busca crear una filmoteca que intentará mostrar un poco de la identidad de las carreras de Comunicación Organizacional y Comunicación e Información.

“Desde el origen de las carreras, y desde las primeras generaciones se han realizado producciones audiovisuales. Además, no hay como tal un banco de registro de imágenes de todos estos trabajos”, explica la maestra.

“En sí es una iniciativa personal; ya tengo varios años con esta inquietud y cuando digo esto no me refiero a ‘yo, la maestra Karla, voy a dejar un legado, sino me refiero a un legado departamental que es patrimonio universitario”, continúa.

La intención, subraya, no es obtener ningún reconocimiento personal, sino dar a conocer los trabajos de los estudiantes.

Mtra. Karla Delgado Velázquez

El trabajo de la filmoteca empezó con la recopilación de los distintos materiales, de memorabilia de un cine club universitario -que dio origen al hoy conocido Cinema Universidad- y algunos otros cineclubes de esta institución. Siguió con el proceso de digitalización, con apoyo de los técnicos del edificio 16, de algunos materiales que habían sido grabados en formatos ya obsoletos, como súper betacam. Este proceso ha tomado a la profesora y a los colaboradores aproximadamente siete años.

¿De dónde se sacaron estos trabajos? Delgado Velázquez comenta que varios proyectos estaban extraviados; otros, olvidados; algunos más fueron donados de manera personal por compañeros, ex compañeros, amigos y contactos de su estancia como alumna universitaria.

“(La recopilación) ha sido difícil también. Ahora, siendo docente, siempre he procurado que los alumnos dejen una copia de reserva para el departamento, con la esperanza de que se pueda concretar la filmoteca”, dice.

El dinero siempre es un problema para el traspaso de las ideas de los emprendedores del papel a la realidad. Y aunque no todas son buenas ideas, al parecer la que tiene esta profesora va encaminada a buen puerto.

“Solamente he recibido apoyo del Departamento de Comunicación, de la academia de Comunicación y Productos Comunicativos, que coordina el maestro Héctor Pérez, para así poder conseguir donativos y poder terminar de instalar la parte física donde se va a ubicar esta filmoteca, que se tiene previsto que se ubique en el edificio 16. Ya se consiguió la estantería, ahora estamos buscando más donativos para poner puertas y que quede el resguardo ahí y posteriormente empezar la clasificación y la consecuente curaduría”, explica.

En la filmoteca se podrán encontrar cortometrajes de ficción y documentales, filmados originalmente en formato Super 8, en 16 mm, VHS y digital. Lamentablemente, también hay trabajos que no se podrán reproducir porque su formato y su estado no lo permiten, pero que darán testimonio de los diferentes formatos que existieron y del cambio en la narrativa a través de los años.

“Muchos de los trabajos que se hacían de televisión son testimonios de monumentos históricos e incluso de nuestra ciudad, es decir, de monumentos que a lo mejor ya no existen y que en su momento los chicos de Comunicación se animaron a grabar y ahora el único recuerdo que queda de ellos son precisamente estos trabajos audiovisuales”, detalla.

Hasta ahora, el trabajo audiovisual más antiguo que se ha podido rescatar y reproducir data de 1990.

“Mi idea es terminar de catalogar, organizar esta curaduría y seguramente proponerlo como materia prima de trabajo para nuevas producciones y también para hacer ciclos de proyección”, adelanta la coordinadora.

Estos trabajos podrán no ser de la manufactura de Méliès, pero hasta él batalló para filmar sus películas, editarlas y darlas a conocer. Lograr que queden en la mente de las personas es otra historia, pero eso es justamente lo que se trata de hacer con esta filmoteca.