Publicado en diciembre 7th, 2016 | por Colaboradores de Locus
Futuros Gallos en la cima del mundo
Por: Karla Solís y Citlali Villalpando
Alfredo Farfán Rosas es instructor de deportes extremos en la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA) desde hace 20 años. Durante ese tiempo, ha transmitido la filosofía del montañismo a un grupo que se ha hecho más numeroso con los años.
En entrevista, Farfán Rosas habla de la trayectoria que ha tenido el Club de Montañismo, las dificultades a las que se ha enfrentado y las experiencias que ha vivido. Gracias al apoyo de la Universidad, muchos jóvenes han aprendido sobre exploración y campismo, escalada, espeleología, cañonismo, ecoturismo y alta montaña.
“Yo me quedé a cargo de 12 chicos que querían aprender a escalar, 12 chicos que querían aprender un poco de espeleología, querían salir de campamento, salir de la ciudad, 12 chicos que no sabían a qué se enfrentaban. Se enfrentaban a un riesgo de vivir, avalado, soportado, y a veces hasta satanizado, por el nombre de montañismo y escalada. La Universidad Autónoma de Aguascalientes nos dio la oportunidad y la tomamos, nos arriesgamos y empezamos a crecer”, recuerda.
Sin embargo, una barrera a la que se enfrentan los integrantes del Club de Montañismo es la falta de apoyo económico. Algunos no pueden ir a ciertos lugares para practicar lo que han aprendido. Otra es que, frecuentemente, los padres tienen una mala percepción de este deporte.
“Es un deporte para ricos practicado por pobres”, admite el instructor.
“Sin embargo, nos ponemos la playera. El equipo de montañismo es tan seguro y gratificante como tener amigos y hermanos”, añade.
Como cabeza del Club, Alfredo ha transmitido la filosofía del deporte de montaña numerosas generaciones de alumnos.
“Nuestra filosofía implica disciplina, respeto a la naturaleza y al mundo en el que vivimos, honestidad y mucho trabajo, implica no perder amigos”, apunta.
Se trata de una filosofía que trasciende el deporte e impacta la vida diaria de los ‘Gallos’ que la practican.
“Yo veo la evolución de los chicos cuando llegan en primer semestre al Club y a una semana dicen: Esto es lo mío; quiero levantarme de un escritorio, quiero levantarme de ver la televisión. Siempre con la playera Gallos, siempre yo soy UAA y aquí hay una pequeña maldición, diríamos nosotros: casi todos los que llegan al club se enseñan a volar muy alto, terminan yéndose de intercambio, siempre buscando volar más alto y cuando terminan sus carreras ya no se conforman con un trabajo simple, piensan en algo más”, asegura el experto.
Además de enseñarles la técnica y el espíritu de los deportes de montaña, Alfredo Farfán se esfuerza por heredar un legado en cada uno de sus alumnos, pero enriquecer su propia vida con esa convivencia.
“Cada fin de semana busco estar aquí con los muchachos y chuparles la energía de jóvenes y también ponerles el ejemplo de vivir bonito”, describe.
Más allá del conocimiento, este experimentado instructor transmite, aún a quienes no practican alguno de estos deportes, pasión por la vida y determinación de lograr objetivos.
“En definitiva yo creo que se puede llegar a donde uno quiera. Límites no hay, los límites los ponemos nosotros mismos. Dijo Chaplin: un día perdido es aquel que no reímos, que no vivimos, que no nos sentimos hasta arriba, hasta la cima, en donde nos sentimos más allá de lo que somos. Ese es un día perdido. Para nosotros eso es vivir: sin límites y de que se puede, se puede”, afirma.
Las puertas del Club de Montañismo están abiertas para todo aquel alumno que quiera practicar este deporte. Las inscripciones se hacen cada semestre a través de los cursos humanistas, sin costo. No es necesario contar con equipo propio para ingresar y los horarios varían según el itinerario de cada semestre.