Publicado en junio 13th, 2017 | por Vladimir Flores
Usar para conservar: una opción para el puente a San Ignacio
Si usas mucho algo se desgasta y si no lo usas, ¿también? Entonces, ¿cómo se conservan mejor los edificios históricos?
Para responder esa pregunta, el profesor e investigador de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA), Miguel Ángel Soto Zamora, investiga el desgaste que su uso o desuso genera en los puentes patrimoniales, esto es, los que tienen más de 100 años de antigüedad y generalmente formados por arcos construidos con mampostería.
El proyecto nació de la inquietud por conocer en qué condiciones estaba el puente del camino a San Ignacio, ubicado al norponiente de la ciudad. La investigación encontró que la estructura es 40 años más vieja de lo que se pensaba, pues fue construido 1758 y no 1798. Al ver que desde entonces sigue en uso, el gobierno se preguntó si era conveniente cerrarlo a la circulación para conservarlo.
El gran problema que tiene México y casi todos los lugares del mundo, comenta el investigador, es que solo se le da mantenimiento a este tipo de puentes cuando están en uso. Cuando están cerrados pasan a ser piezas de museo a cargo de las agencias de conservación patrimonial, en vez de depender de las autoridades encargadas de la vialidad y la circulación en las ciudades. El uso continuo hace que se les dé mantenimiento y, por lo tanto, se conservan mejor.
“El uso va a garantizar un mantenimiento preventivo y correctivo de los bienes patrimoniales. Es decir, un puente que no se está usando, si empieza a tener baches en la superficie, ahí se van a quedar y estos van a permitir el paso del agua a las capas inferiores del puente y van a producir una buena cantidad de daño. Sin embargo, cuando el puente está en un uso constante, estos elementos van a ser reparados a la brevedad para que pueda seguir su funcionamiento normal y eso va a garantizar que el puente va a sufrir menos daños en el largo plazo”, explica Soto Zamora.
“El problema no es si se usan o no se usan, sino cómo se les da el mantenimiento”, detalla la hipótesis del trabajo.
Para demostrarla, observado las características de uso y de conservación de puentes similares en todo el país. Con ello espera determinar qué es más le conviene para conservarlos.
La investigación ha recibido apoyo del Colegio de Ingenieros, el Colegio de Arquitectos y de dependencias federales, estatales y municipales. Entre ellas, la Secretaría de Infraestructura y Comunicaciones del estado y el área correspondiente a nivel municipal.
La finalidad principal del proyecto es aprender a integrar las obras patrimoniales dentro del tejido urbano y considerarlas dentro de las actividades de la ciudad. Para el investigador, incluir a los puentes que hay en México en esta visión es una gran opción y trasladarlo a nivel internacional sería aún mejor.
“Como ciudadano, cuando usas algo tiendes a apreciarlo, te preocupas por ello. Mientras más logremos que las personas convivan con los elementos patrimoniales, lograremos que la gente se preocupe por los elementos y no los vea como algo viejo, sino como algo funcional para sus actividades”, concluye el ingeniero.
Con información de Aldin Sánchez