Cinefilia

Publicado en octubre 18th, 2018 | por Jesús Armas

No apartes la mirada: Un comentario sobre “Come and see”

Muchos ejemplos pueden darse sobre la visión radical de la guerra. Cómo el hombre sustenta la tragedia mientras es sometido, y clama justicia cuando somete. Es esa visión polarizada la que mejor explica el conflicto armado. Pero nunca se nos obliga a ver algo, que aún con todo su contenido anti-bélico, nos haga sentir aterrados, minimizados y cobardes. Que nos confronte a devolverle la mirada. “Come and see es ese algo; un intercambio trágico de miradas entre el espectador impotente, y la realidad de los hombres que se disfrazan de bestias.  

La trama es simple. En 1943, un joven, Florya, decide a unirse a un grupo rebelde para enfrentarse al ejército Nazi, durante la ocupación a la entonces Bielorrusia. El resto es el camino a los adentros de la atrocidad y el sadismo, que encapsula la maldad del hombre, haciendo del film una de las crónicas de guerra con más impacto en la historia del cine.  

Lo que hace que este film destaque, no sólo como la mejor película anti-bélica, sino también como una de las mejores en general, es su capacidad para conectar con la audiencia. El director Elem Klimov, logra combinar aspectos artísticos, incluso surrealistas, sin despegarse del realismo del horror que muestra. Encuentre el momento idóneo para introducir una banda sonora, y destaca el silencio cuando no hay otra cosa que escuchar, que el sufrimiento humano. Esa es una barrera que comúnmente no logra superarse. Las emociones del personaje no trascienden al punto que el espectador sea participe de esa subjetividad, de esa aleatoriedad que consume la vivencia de un tercero en la hostilidad misma. Es la maestría del director que crea esa ilusión, en la que se nos afronta, y se nos obliga a estar frente al horror, la miseria y la angustia de un personaje, al que su representación lo hace más de carne que una simple mención… Nos hace protagonistas.    

Es una crónica de transformación, del arrebato de la inocencia, del descarne de la juventud hasta tenerla tendida y sin contenido. En que la eterna angustia es el último rostro del hombre. 

“Come and see puede apreciarse desde los principios y maestría en la aplicación del lenguaje cinematográfico, como en la capacidad para crear un paralelismo tan delgado de perspectivas, que nosotros mismos nos vemos convertidos en el personaje. Es una gema entre gemas, con muy elaboradas y generosas críticas, pero con muy poco reconocimiento público. Date la oportunidad de experimentar y juzgar esta pieza fílmica.

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