Publicado en julio 2nd, 2018 | por Juan Jesús Tlapalamatl
AMLO próximo presidente de México
Al caer la noche y las casillas, los candidatos por el PRI y PAN, Meade y Anaya respectivamente, y el candidato independiente “El Bronco” daban por hecho su derrota y reconocían el triunfo que, para fortuna de algunos y desgracia de otros, otorgaban a AMLO y su coalición “Juntos Haremos Historia”.
Aunque tal vez no haya transcurrido mucho tiempo y los porcentajes puedan modificarse, la verdad es que es prácticamente imposible que los resultados vuelquen sorpresivamente para la victoria de algún otro candidato que no sea aquel de “gallito dorado”.
Si hay que ver el lado bueno de estas elecciones, uno de los puntos a rescatar sería la restauración de la democracia que se creía perdida luego de las últimas elecciones, no sólo a nivel nacional, sino particularmente por entidades, en donde ciertamente la población está propensa a pensar trivialidades sobre cómo son manejadas las elecciones y su veracidad al revelar los resultados, ya que si algo sobra son los antecedentes de elecciones manchadas por grandes polémicas.
Sin embargo el casi 50% de los mexicanos declara ese principio tan humano como lo es la democracia, pues AMLO le lleva, al menos hasta ahora, esperando sean oficiales las cifras, el doble del porcentaje a su más cercano contendiente Anaya; no cantando victoria completamente, reconociendo la participación tan pobre que da un sabor amargo al no superar el 70% de los posibles votos ciudadanos.
Esta elección es histórica porque es la primera vez que un partido de izquierda como Morena ha logrado ganar las elecciones presidenciales a nivel nacional, después de más de 70 años de dominio del PRI y dos sexenios del PAN, y con fuertes posibilidades de también ocupar el Senado la ideología de izquierda.
Andrés Manuel fue la última persona inmersa en las elecciones en salir a dar su discurso, y en el que expresa una seguridad de gobierno que propone para los próximos seis años:
“El nuevo proyecto de nación buscará establecer una auténtica democracia”, una libre de dictaduras menciona Obrador,
una con oportunidades a los empresarios, conduciéndose siempre por la vía legal y continuando con las empresas con las que cuenta el país.
“Desterrando la corrupción…sea quien sea será castigado…un buen juez por la casa empieza” así propone AMLO, que la corrupción acabe, mencionando que no es parte de la cultura sino de un gobierno que lo ha establecido
“por el bien de todos primero los pobres” y con un mando único en pro de la seguridad de los mexicanos.
“No les fallaré” con eso se queda aquel que escuche el discurso de victoria, y con el que esperemos tenga más razón, una confianza que le de al pueblo el espíritu y de nuevo la credibilidad propia de lograr la trascendencia como país.
Ahora Andrés Manuel tiene la posibilidad de demostrar por qué ganó las elecciones y merece la oportunidad cumplir como el presidente que se dijo ser a lo largo de toda la campaña.
Simplemente nos queda esperar que durante los próximos seis años las cosas en México cambien y se deje de vivir en esta crisis en que nos encontramos desde unos sexenios atrás. No nos queda mas que esperar y levantar la cara de apoyo al presidente, ya que sin pueblo no tiene caso el mandatario que se tenga, apoyo es lo indispensable para poder salir de este bache en el que está hundido nuestro bello México, apoyo y unas buenas decisiones.