Publicado en febrero 4th, 2019 | por Jesús Armas
La Publicidad en la era de la Controversia
La publicidad está en constante evolución. Buscando cómo mantenerse relevante con mensajes cada vez más ingeniosos y llamativos. Mensajes que sin necesidad de darles mil vueltas conectaban con el interés de la audiencia. Mensajes que, inconscientemente, te hacían parte de alguna campaña de la que apenas conocías el nombre. Ideas que te hacían partidista de alguna agenda política, e imágenes que inmediatamente relacionarías a algo positivo, o negativo. Un control equilibrado que no suponía un gran reto para las grandes marcas.
El cambio real llegó con la transición a la era digital. La información ya estaba al acceso de todos, cosa que en teoría, supondría un gran beneficio para las marcas, pero que en la práctica encontraría una oposición más grande, al no poder limitar su mensaje a un público meta: Una línea que queda diluida cuando alguien puede tomarse un minuto para hacer una búsqueda y escuchar tu mensaje.
El bombardeo de información, sin ningún tipo de filtro, supone no sólo un gran alcance, sino una enorme posibilidad de que el mensaje se malinterprete. Generando una ola de críticas desde las plataformas sociales, exigiendo algún tipo de boicot ante una empresa que no es sensible a la crisis posmoderna.
Es una época donde todos están a la defensiva, enemistados con cualquier opinión. Es una época donde una marca no puede hacer un mensaje universal, pero tampoco limitarse al anonimato. Estamos repitiendo las costumbres de siglos pasados, disfrazando la privación y la autocensura con ideologías libertarias y de progreso. Y sí, la misma marca puede aprovechar la controversia que se genera para ponerse en los tops de búsqueda en google, pero, al final, no hace más que evidenciar lo complicado que es crear contenido —no todos tienen millones para cometer errores—, y lo trágico de tener una opinión.
Es una era donde todo debe ser corregido, y “todo” somos “nosotros”