Publicado en noviembre 19th, 2020 | por Carlos Olvera Zurita
Millennials de Ayer y hoy: Todos Cargamos el Sobrepeso
Creo que no terminamos por entender el concepto “body positive” y eso es algo que quiero aclarar de entrada pues aunque en teoría se refiere a una afrenta a los actos y actitudes discriminatorias contra las personas que no corresponden a los estándares de belleza occidentales, el concepto se ha reducido a un extraño orgullo entre las personas con obesidad o el sobrepeso.
Aunque estoy en contra de cualquier tipo de discriminación, principalmente porque no encajo en los cánones de belleza, tengo que decir que no estoy de acuerdo con enorgullecerse por tener sobrepeso u obesidad, o al menos no en México, un país que sufre mucho por las consecuencias de estos males, consecuencias que se han vuelto aún más evidentes con la actual pandemia que enfrenta el país.
Como soy una persona convencida en la libertad y el desarrollo de la libre personalidad, probablemente no estaría en contra de la segunda esta acepción del término si viviera en los Estados Unidos donde cada quien se paga su salud, sin embargo vivimos en un país donde la mayoría de las personas se atienden en sistemas públicos que son sustentados por los impuestos que todos pagamos, independientemente de nuestro estado de salud y de si tenemos o no sobrepeso.
Ante el anterior párrafo me resulta necesario aclarar que no estoy a favor de la privatización de la salud pues creo que un país civilizado debe asegurarse de otorgar seguridad, educación y salud a todos y cada uno de sus ciudadanos, lo cual requiere de que todos seamos responsables de cuidar nuestra salud pues de no hacerlo no sólo nos afectamos a nosotros, sino a todos los ciudadanos que pagamos nuestros impuestos.
Por lo tanto no me parece justo que el dinero de todos los mexicanos se esté gastando en asistir una epidemia de obesidad que se puede prevenir desde casa y mucho menos que se promueva como un nuevo canon de belleza, si bien se debe evitar a toda costa la discriminación contra cualquier persona por cualquier motivo.
Yo mismo no soy un ejemplo a seguir pues además de que bebo alcohol cada fin de semana, también fumo y, aunque no me voy porque he reducido mucho estos comportamientos en los últimos meses, tampoco voy a promover el consumo de tabaco y por ello siempre me he negado de invitarle un cigarro y mucho menos a enseñar a fumar a alguien.
El COVID nos ha puesto a prueba y nos pide que nos responsabilicemos por el resto de las personas evitando salir a lugares públicos y tomando las medidas higiénicas, sin embargo ahora más que nunca el cuidarnos a nosotros mismos para evitar llegar al hospital es uno de los actos menos egoístas que podemos hacer.