Cinefilia

Publicado en diciembre 24th, 2020 | por Selene Porras

Cine y Circo: Zafarrancho en el Circo

La película de hoy nos sitúa en un doble público, como televidentes y como asistentes a un espectáculo de circo. Al principio observamos a un público heterogéneo toma asiento en el circo, impaciente por que empiece el espectáculo. “Monsieur Loyal” da la bienvenida a todos. Así observamos cómo van pasando los números. Acróbatas, payasos y cantantes salen para entretener al público. Pero el espectáculo y empieza el auténtico zafarrancho en el circo.

“Zafarrancho en el circo” (1974) es una película del polifacético director Jacques Tati, de hecho, en esta película, Tati, dirige, escribe y protagoniza la escena, rindiendo un homenaje al mundo del circo que él conocía tan bien, un tributo a su mundo como elemento de entretenimiento para las familias. En realidad una película sin trama alguna, sin argumento, simplemente la transmisión de un espectáculo circense con sus trucos de magia, sus domas de animales, sus payasos, sus acrobacias, sus malabaristas, música e interacción con los espectadores (parte del elenco actoral escogidos por el propio Tati).

A pesar de ser difícil encontrarle una narrativa a la película, puesto que como he señalado antes, parece simplemente un show de circo, donde se van sucediendo números mas o menos comunes dentro de lo que era el circo de la época, sí que me gustaría destacar el inicio y el final de la película que son los que hacen que el filme cobre sentido. De esta manera, al inicio podemos observar una imagen llena de poesía, la carpa del circo levantándose a medida que llega el público, siendo recibida por el gurú Tati en su rol de “maître” de este “restaurant” con diferentes platos. De la misma manera, es estimable la oda a la niñez que hace Tati a los niños en el epílogo de la película, donde vemos dos chicos rubios jugando con objetos del escenario, como queriendo quedarse tras la función. Un epílogo que desde esa intimidad grita The show must go on.

En el apartado técnico llama la atención el uso del color, lo bien que ruedan los planos generales, o cómo sabe incrustarse el objetivo entre el público para hacernos sentir parte de los espectadores in situ. La música es obra de Charles Dumont, quien estuvo en “Trafic” de Tati, lejos de las maravillosas (y pegadizas) composiciones de las tatianas “Monsieur Hulot” o “Mi tío”.

En conjunto me queda una visión más recomendable por nostalgia de lo que fue su creador, “Parade” es el testamento fílmico de un enorme artista que se brindó generosamente al público y, como en la escena final, al niño que cada uno de nosotros lleva adentro.

FRAGMENTO: https://www.youtube.com/watch?v=RZM8yWKJ8uA

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