Publicado en diciembre 8th, 2020 | por Carlos Olvera Zurita
Milenials de Ayer y hoy: Urge una Vacuna Contra Fake News
Sí, en estos tiempos pandémicos las tecnologías cada vez más avanzadas y accesibles han cobrado una importancia que no creíamos que tomarían por lo menos en el corto plazo y, en países del Tercer Mundo como el nuestro, ni siquiera en el mediano.
Estas tecnologías han cobrado tanta relevancia que hoy parece imposible imaginar qué tanto más grandes habrían sido las repercusiones del COVID de no existir, pues para empezar, la comunicación inmediata y a distancia nos ha permitido mantenernos al tanto de la enfermedad desde su principio a pesar de que esta comenzó al otro lado del mundo.
Aunque en un principio las noticias que conocíamos con respecto al virus tenían poca relevancia para los mexicanos de a pie, estas comenzaron a cobrar peso cuando la enfermedad salió de la zona de contingencia en China, lo que ayudó a prevenirnos desde entonces e incluso a crear un pánico inicial que terminó por terminar con nuestras reservas de papel higiénico.
Porque aunque las redes sociales han sido de gran ayuda a la difusión de información pertinente para evitar los contagios, lo cierto es que al mismo tiempo han mostrado como nunca su lado negativo pues son el sitio ideal para la difusión de la llamada “infodemia” o distribución de noticias falsas.
En lo que son peras o son manzanas, hay que decir que la tecnología que nos permite comunicarnos a distancia a través de video llamadas nos ha permitido llevar, dentro de lo que cabe, una vida más o menos normal, posibilitando en mayor o menor medida que aún siga habiendo clases o que muchos trabajos continúen funcionando, aunque como señalé en una anterior entrega, al mismo tiempo ha evidenciado la incapacidad técnica y humana que aún vivimos en nuestro país.
Pese a las pifias, la transmisión de información de manera rápida ha sido muy importante para el control de la pandemia, por lo que todo el material informativo y de calidad que nos ha enseñado a lavarnos las manos, a quedarnos en casa y como estornudar es invaluable en una época como la que vivimos.
Pero yo considero que es aún más destacable la labor pedagógica que han jugado los memes en la tarea de prevenir el contagio de la enfermedad, explicándole a una generación tan visual y con necesidad de estímulos como la mía, que nos debemos lavar las manos con abundante agua y jabón al menos durante lo que dura el estribillo de Give me baby one more time de Britney Spears.
Como señalamos, a la vez que la información que busca reducir la tasa de contagios en el mundo entero crece, se dispersa y se analiza, las fake news que niegan la existencia del COVID o afirman tener curas milagrosas surgen como hongos, desinformación que ha sentenciado la manera en la que se trata a la enfermedad incluso a niveles gubernamentales como el de algunos países de África donde simplemente se niega su existencia.
La duda siempre es válida, en todo tema y ante cualquier noticia es incluso sana, sin embargo dudar sólo de la información oficial es un comportamiento simplón y ante una situación llena de incertidumbre como la que se vive con esta enfermedad de la que aún existe mucho por conocer, incluso para la comunidad científica, es hasta peligroso rechazar las indicaciones oficiales.
Como lo informa la BBC en su entrega “Fake news: así funciona la industria de las noticias falsas”, existe toda una industria dedicada a la difusión de noticias falsas en Europa del Este que han llegado a un nivel de expertis tal que diseñan con pinzas los encabezados de las notas a fin de que las personas inevitablemente entren y den clic; industria que obviamente no quiere desaprovechar la oportunidad que le representa el COVID.
Así como el COVID nos tomó por sorpresa y poco preparados, también lo ha hecho la “infodemia” y en general las necesidades de comunicación a distancia, por lo que valdría la pena que tal como se espera una vacuna para el virus, se requiera una vacuna para la desinformación que solo ocurrirá con una educación para el manejo de redes sociales y el internet.