Opinión y Editoriales

Publicado en junio 21st, 2016 | por Colaboradores de Locus

Lo que nadie te dice cuando estudias en el extranjero

Por: Alina Méndez, egresada LCI

Desde siempre tuve la idea de orientar mi carrera profesional al mundo de la moda. Por eso, cuando me faltaba un año para graduarme de la Licenciatura en Comunicación, empecé a buscar opciones de posgrados enfocados a esto para estudiar después de la Universidad. Para el último semestre de LCI ya estaba admitida en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona en el Posgrado en Comunicación y Periodismo de Moda 3.0.

Con el estrés de estar a nada de dejar la uni, yo sentía que el mundo se me venía encima: pasé unos dos meses de arriba a abajo consiguiendo los documentos para la solicitud al posgrado… porque básicamente es un ir y venir en las oficinas de gobierno: trámites de apostilla y todo lo que viene después. Es súper importante leer y releer todo lo que te piden, ya te estás sintiendo súper poderoso por hacer trámites de este tipo tú solito y te das cuenta que te faltó pedir una constancia de calificaciones en Control Escolar cuando por fin estás enviando la solicitud de admisión.

Ten en cuenta que realizar estos trámites lleva tiempo, no sólo es hacer todo con suficiente tiempo “de colchón”, si no que tienes sacrificar unas cuantas horas de sueño en las mañanas o pedir tiempo en el trabajo para irte a formar a Finanzas y pagar la apostilla de todos tus documentos, para después ir a Palacio de Gobierno a que hagan el proceso. Y todavía más tiempo ir al Consulado que tengas que ir a preguntar qué está bien y qué está mal en tus papeles y empezar a prometer mandas a todos los santos, en los que no crees pero al menos conoces de nombre, para que el cónsul te apruebe todo y empieces el trámite de visado.

Además, prepárate para despertarte en la madrugada y hacer llamadas al otro lado del mundo para preguntar dónde demonios está tu carta de aceptación que debió llegar a tu casa hace un mes, según información oficial de la universidad.

Si lo que tienes en mente es iniciar un posgrado a pocos meses de haber terminado la carrera, lo primero que tienes que tener en cuenta es estar seguro de lo que quieres hacer. Sonará trillado, pero piensa que es un gran gasto y que más o menos estás definiendo el resto de tu vida con esa decisión. Reflexiona sobre todos los gastos que significará para ti y tus padres. Y, si no está enfocado en ciencias o en algo similar, olvídate de conseguir una beca CONACYT o de la SEP.

Una vez que ya te mentalizaste y asumiste todo lo que conlleva, vas a tener que asimilar que tu estilo de vida cambiará por completo. Si vas a Europa, te vas a dar cuenta que los 500 pesos que te duraban una semana, por el tipo de cambio se te van a ir en las cosas más insignificantes de la vida… Como las cervezas del fin de semana y que cuando estabas en la uni te salían a menos de 50 pesos después de clases.

Lo más seguro es que terminarás compartiendo piso con unas cuantas personas más. Adiós a tardarte las horas en el baño, a tirarte en ropa interior en el sillón de la sala y adiós a todas las comodidades que dabas por sentadas en tu casa. El licuado que todas las mañanas tu mamá te obligaba a tomar, lo vas a empezar a extrañar cuando te des cuenta que en tu nueva casa no hay licuadora y el jugo de naranja del súper no sabe igual al recién exprimido o ya de mínimo, al de botella.

Estarás acostumbrado a que tu mamá o la señora que le ayuda en el aseo te hagan absolutamente todo, pero si ya tienes las maletas hechas y la visa aprobada, por favor pídele a tu adulto de confianza preferido que te enseñe, aunque sea, a freír un huevo y a prender la estufa. Aunque no lo creas, un ser humano funcional no puede vivir toda la semana de galletas y refresco.

Otra cosa: la primera vez que te enfermes, te vas a dar cuenta que sí extrañas a tu familia. Mínimo para regañarte porque de seguro te enfermaste por estar descalzo, pero el ánimo baja cuando te das cuenta que tú solo tienes que ir a la farmacia a comprar la medicina y que tú solo te tienes que acordar de cada cuánto tomarla.

Debes tener en cuenta que, aunque sea un posgrado relacionado a tu carrera, la educación es diferente en cada parte del mundo. Lo que yo estudié sobre periodismo durante la carrera, los estudiantes de periodismo de cualquier otra parte del mundo lo estudiaron también pero con nombres diferentes y es ahí cuando las discrepancias empiezan, pero muchas de estas cosas no están bajo tu control y es mejor entender que si estás ahí es para aprender, pero también para enseñar.

Ya estás en un posgrado; no te digo que te olvides de salir, pero la idea de que estás arruinando tu futuro profesional por atrasar una tarea unos días siempre va a estar presente. Llegarán los trabajos más complicados y las ojeras que te cargas te van a estar acompañando en tu procrastinación. Gastaste los miles para viajar lejísimos de tu casa y, la verdad, no está bien desperdiciar en vano el esfuerzo que tu familia y tú hicieron para que llegaras a donde estás. Nada cuesta ser agradecido, y mínimo en el trabajo final, échale ganas para que lo que pagaste se vea reflejado: no sería agradable que el resto del mundo piense que compraste tu título.

Te ofrecieron prácticas profesionales en la página de presentación del postgrado o máster, y déjame decirte que el mundo no es color de rosa. De los veintitantos estudiantes del programa, lo más seguro es que sólo la mitad encuentre prácticas y es todavía menos probable que esas pocas plazas sean en lugares buenos. Ya ni esperes que sean remuneradas, pero mínimo que te dejen algo de conocimiento y satisfacción personal.

Si eres de esas personas que se nortean fácilmente, Google Maps y un buen internet móvil serán tus mejores amigos: llegaste a la calle en la que deberías estar, pero no tomaste en cuenta que esa calle cruza la ciudad entera y estás lejos de tu destino exacto. Por algunos días se te vendrá el mundo encima, pero lo que queda es aprender a interpretar los mapas y tomar puntos de referencia porque de otra forma la vas a tener muy difícil; tomar un taxi sólo puede ser tu primera opción si te encuentras en el fin de mundo o en condiciones no aptas para volver en cualquier otro medio de transporte público.

El chiste de este tipo de experiencias es crecer como persona en todos los sentidos. Tal vez encuentres la paz espiritual comiendo churros a las 6 am con tus nuevos mejores amigos o en el primer vuelo transnacional que hagas solo. Eso no cambiará el hecho de que, hagas lo que hagas, tu currículum se verá más bonito gracias a todo lo que viviste del otro lado del mundo.

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Sobre el autor

Colaboradores que contribuyen con su talento y trabajo a Locus. Aunque no les tocaría chambear por ser egresados, maestros, voluntarios, o bien, especialistas en un tema específico, pertenezcan o no a la universidad. Las opiniones y puntos de vista planteados en los materiales producto de estas colaboraciones son responsabilidad de quien las emite y no necesariamente reflejan el punto de vista editorial de Locus.



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