Publicado en junio 30th, 2016 | por Jennifer González

Diseña hidrocálida juego electrónico para aprender braille

Aprender a leer y escribir braille es uno de los principales retos que enfrentan los niños con discapacidades visuales. Tras varios años de trabajar con ellos mientras estudiaba diseño industrial, Marisol Amador Salas diseñó y desarrolló Jogar, un juguete de lectoescritura para facilitarles el proceso.

Jogar es un tablero electrónico con un cuadratín sobre el cual los niños colocan unas piezas llamadas hongos para formar letras y sílabas en braille. Mediante un sistema informático y tres botones, el juego traduce a sonido las letras o sílabas formadas correctamente y da una palabra que empiece con esa letra.

A partir de este proyecto de tesis, Marisol y su hermana Rosa Elena se asociaron para crear Kuno, la empresa ganadora en la categoría de Desarrollo tecnológico y/o Procesos Productivos del concurso Crea, innova y emprende UAA, de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA).

El juego está dirigido a niños con discapacidades visuales que estudian en escuelas públicas de Aguascalientes. Su objetivo es facilitar y agilizar el proceso de aprendizaje de lectura y escritura en braille.

“Normalmente, me comentaban los maestros, se puede llevar de uno a dos años en aprenderlo. Y más que nada porque el niño es muy distraído, se aburre y ya no quiere hacer nada; se le olvida, no ejercita. Sí es algo muy potente y se ve en el DIF, se ve en el CAM y estoy segura que en las escuelas regularizadas aún más”, asegura Marisol.

Ella misma estudió el lenguaje durante un año y reconoce que solo aprendió a escribir y leer algunas letras y sílabas. Su trabajo en centros de atención a niños ciegos o débiles visuales y las habilidades que adquirió en diseño industrial fueron el origen de Jogar.

“Llegué a hacer una especie de hormiguero que se pudiera ensamblar todo y con texturas que les permitiera ensamblar todo el sistema. Hasta mero arriba ponías las hormiguitas, según te decía el maestro: forma la B, forma la A. Sí funcionaba, pero era demasiado grande y pesado”, recuerda la empresaria .

Marisol desarrolló el juego pensando en que los dispositivos auxiliares en la enseñanza del braille eran menos didácticos y más ortopédicos. Además, muy pocos están disponibles y son accesibles en el mercado mexicano.

Con este proyecto, que se encuentra en fase de prototipo, Kuno ganó el concurso en la categoría de Desarrollo Tecnológico y/o Procesos Productivos del concurso Crea, innova y emprende UAA, de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA). En el prototipo funcional se invirtieron alrededor de 5,000 pesos; sin embargo, Marisol y su hermana planean emplear los premios en la mejora, el proceso de patente y de producción en serie, que permitan hacerlo accesible a cualquier persona.

“La Universidad y el ayuntamiento nos van a dar apoyo económico. Ese dinero va hacia el molde y para la programación. Se espera que con eso se pueda cubrir (…) Las capacitaciones que nos lleguen a dar son para ver cómo mejorar el producto, disminuir costos, todo eso. En varias cosas hay pendientes, por ejemplo, nos van a poner en pantallas; ver página web… Nos dan muchas becas para incubadora”, explica la egresada.

En el futuro de Kuno, las jóvenes empresarias ven el desarrollo de juguetes didácticos y terapéuticos para niños con otras discapacidades. También se ven con una presencia más amplia dentro y fuera de México. Pero por ahora, están concentradas en atender la discapacidad visual.

Rosa Elena, que reside en Alemania, probará el sistema allá para ver que funcione en diferentes sistemas educativos.

“Viendo unos dos países más, a lo mejor ya podemos tener una hipótesis de que está funcionando en otras culturas para ayudar a aprender y enseñar braille.