Identidad universitaria

Publicado en julio 19th, 2016 | por Colaboradores de Locus

El que quiera animar a Celeste, que le cueste

Por: Alejandra Calderón y Dulce Rodríguez

La animación, específicamente la técnica stop motion, no puede ser tan complicada.

¿Qué tan difícil puede ser mover figuras y tomar fotografías para crear una secuencia?

Se nos hizo fácil. Decidimos hacer una animación en stopmotion para presentarlo como trabajo final.

Todo comenzó dos meses antes de la entrega…

Semana 1:

El maestro necesita una historia, un storyboard y un guión técnico. Dulce y Alejandra tienen la idea… ¡Claro! Necesitaban impacto, quizá algo tétrico, algo sentimental. Y que pueda realizarse con pocos personajes.

¡Ya está! ¡Esto es pan comido!

Escribimos la historia e imaginamos las tomas que realizaríamos. “Quedará genial”.

¡42 recuadros de storyboard! “No hay que preocuparnos. Son fotografías, saldrá pronto.”

Semana 2:

Después de salir de la papelería con una veintena de bolsas en cada mano, comenzamos a elaborar la escenografía.

Al parecer, ocho horas seguidas armando árboles y elaborando la estructura de los personajes no son suficientes. La espalda nos duele y la luz se nos termina.

Tampoco son suficientes 10 horas para diseñar y armar las cabezas de los personajes, armar los fondos o moldear las tumbas del cementerio. Continuaremos mañana.

Semana 3:

Al parecer, dos semanas completas sí fueron suficientes. Las inscripciones de las lápidas llevan el nombre de cada integrante de la clase (nada personal) y los árboles, hechos de plastilina y maleza, están en su lugar. Montamos los fondos e intentamos realizar algunas pruebas de animación.

El maestro necesitaba avances.

“¡Secuencias niñas, secuencias!”

¡Oh oh! ¡Los personajes no se detienen! No pueden estar de pie. Cabezas inmensas y cuerpos de plastilina no ayudan mucho.

El maestro nos sugirió clavarlos a la base, para que el peso no les ganara. Y funcionó.

Semana 4.

Ha pasado una hora, estamos agotadas, nos duele la espalda. Ah, y hace calor.

El avance hasta ahora: las primeras 10 fotografías de la primera toma de la primera secuencia de nuestro primer stopmotion… ¿En qué estábamos pensando?

Ya oscureció. Seguimos mañana. Estamos decididas. ¡No nos ganará una animación! Cada vez es menos complicado, aunque igual de cansado.

30 fotografías (¡Es hermoso! ¡Nuestra creación está cobrando vida!)

50 fotografías (Tenemos hambre)

100 fotografías (Estamos cansadas)

200 fotografías (Tenemos sueño)

300 fotografías (Es tarde, seguimos mañana)

Todo el tiempo hay que cuidar detalles. Los muñecos deben estar exactamente como finalizaron la última secuencia, no debe verse otra cosa que no sea parte de la escenografía. No dedos en la cámara, no cambios de iluminación, todo debe ser igual.

Al final: más de 1000 fotografías para contar una historia de cuatro minutos.

Dos días más fueron necesarios para editarlas (borrar los clavos, especialmente), poner filtros, escoger la música y realizar el montaje.

Día de la entrega:

Desveladas, ojerosas y cansadas, entregamos satisfechas nuestro pequeño corto.

Celeste ha cobrado vida, y cuenta su historia a la clase de hoy.

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Sobre el autor

Colaboradores que contribuyen con su talento y trabajo a Locus. Aunque no les tocaría chambear por ser egresados, maestros, voluntarios, o bien, especialistas en un tema específico, pertenezcan o no a la universidad. Las opiniones y puntos de vista planteados en los materiales producto de estas colaboraciones son responsabilidad de quien las emite y no necesariamente reflejan el punto de vista editorial de Locus.



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