Publicado en agosto 29th, 2016 | por Colaboradores de Locus
La batalla por formar una familia
Mary y Marlen forman una de las primeras parejas en contraer matrimonio homosexual en Aguascalientes. Como la mayoría de las parejas, soñaban con tener un hijo. Pero nunca esperaron que algo en apariencia tan sencillo, tuviera tantas piedras en el camino.
El matrimonio decidió tener a su hijo de manera natural. Un amigo cercano fue el donador de esperma y Marlen comenzó el procedimiento para convertirse en madre.
Al nacer el pequeño Karol, Mary y Marlen se toparon con que el Código Civil de Aguascalientes no les permitía registrarlo como hijo de ambas, pues al ser imposible la concepción entre dos mujeres, Mary no puede comprobar que es madre biológica del niño.
Hasta hace algún tiempo, un hombre podía reconocer legalmente como suyo al hijo de una mujer que así lo confirmara; no necesitaba comprobar la paternidad biológica ni tenía que adoptarlo. Esto en muchos casos era porque el procedimiento de adopción suele ser más lento y complicado.
Y actualmente es fundamental comprobar la paternidad biológica de un hijo para poder reconocerlo como propio, para el varón es muy sencillo –y común- registrar con sus apellidos a hijos que no engendró.
Pero para Mary y Marlen la situación se vuelve aún más difícil porque, aunque en 2015 en México se avaló el derecho de las parejas gay a adoptar, en el estado todavía es un proceso complicado y que no está previsto en la ley.
Las madres de Karol ven en su situación un tema de discriminación, pues una pareja heterosexual no tiene que pasar meses esperando que un juez decida si pueden reconocer a una persona como hijo de uno, de otro o de ambos.
“¿Por qué voy a adoptar yo a mi propio hijo, siendo que un hombre puede registrar a un niño y no le piden nada? Si de por sí es complicado para un matrimonio heterosexual adoptar, imagínate a una familia homoparental”, cuestiona Mary.
Y es que esa es la alternativa que les han ofrecido las autoridades de Aguascalientes: que Mary adopte Karol. La otra, que Marlen lo registre como madre soltera. Ambas opciones les parecen injustas, sopbre todo porque están casadas por la vía civil.
Por ahora, Karol no cuenta con un acta de nacimiento y, por lo tanto, con una identidad ante la ley. Esa situación ha pausado muchos trámites y le ha impedido, entre otras cosas, ser afiliado al seguro social.
“Estamos luchando por el derecho de nuestro hijo”, asegura Marlen.
Pese a las complicaciones que ha atravesado, la pareja ha salido adelante y ha criado con amor y valores a Karol, quien ya tiene más de un año de edad. Mary y Marlen han tenido la fortuna de encontrar gente que las apoya, además de los colectivos en pro de la diversidad sexual en Aguascalientes.
“A nosotras lo que nos interesa es que Karol sea feliz, es por lo que estamos luchando”, defienden.
Aunque no suelen manifestar públicamente su postura ante la discriminación que sufre la comunidad de la diversidad sexual, Mary y Marlen afirman que les parece injusto y cansado lo que han tenido que pasar. A la espera de una resolución en la corta, sin embargo, conservan la esperanza de que su caso servirá para que se haga justicia en otros.
“No somos la única pareja que estamos en esta situación. Queremos encabezar esto y ser fuertes. Seguimos en la lucha junto a Colectivo Ser Gay y los abogados que nos han apoyado. Nos lo debemos a nosotras, pero más que nada a nuestro hijo”, señala Marlen.