Publicado en septiembre 11th, 2016 | por Colaboradores de Locus
Así se vivió la marcha del lado del Frente Nacional por la Familia
Sábado 10 de septiembre, ni siquiera son las 5 de la tarde y la calle Madero ya se pintó de blanco. Señoras con sombrilla, niños en triciclos, adolescentes y familias enteras; todos ellos vistiendo ropa blanca y caminando hasta la intersección entre Madero y Cosío.
La razón: la marcha convocada por el Frente Nacional de la Familia, en la que Aguascalientes se unió a otros 18 estados de la República para pedir que se respete el modelo de familia tradicional y no sean aceptadas las iniciativas sobre la ideología de género propuestas por el presidente Enrique Peña Nieto.
A pesar de que se planeó inciarla a las 5 de la tarde, las personas vestidas de blanco comenzaron a llegar antes al punto de encuentro. Muchas de ellas con pancartas donde se leían cosas como “Homosexonormalizar a la sociedad es heterofóbico”, mientras que por un par de bocinas se escuchaba como repetían un discurso que advertía que no van a dejar que “ideologías extrañas destruyan la familia”.
Oficialmente, la marcha dio inicio a las 5:15 de la tarde. Para este momento ya era fácil apreciar a personas vestidas de rojo encargándose del orden, algunas más de amarillo con un letrero en su ropa que decía “Animación” y además la calle estaba llena de vendedores ambulantes que aprovecharon la situación.
Todo lo demás era un mar de blanco: así como una señora de tercera edad podía estar usando pantalón, blusa y gorro de este color, una adolescente podía estar vistiendo un diminuto top. Mientas fuese blanco, ya eras parte de la causa.
Mientras tanto, la gente externa a la marcha que iba pasando por ahí, trataba de salir lo más pronto del bullicio y no podía evitar comentarios sobre el tema. Desde el apoyo a la causa hasta “esto se me hace una reverenda pendejada”.
Hasta Exedra, las aceras se inundaron de gente vestida de blanco que se detenía un rato para descansar en la sombra o que simplemente no marchaba, pero observaba. Sus pláticas eran diversas: el clima tan caluroso o la verdadera razón por la que estaban ahí, para defender lo que creían.
A las 5:40, la marcha organizada por la comunidad LGTB en pro del matrimonio y la familia igualitaria ya había terminado. Personas de esa comunidad caminaban como manchas de color entre el mar blanco, con sus banderas de orgullo gay a la vista, como si ese fuera su estandarte.
La marcha por la familia llegó a Exedra a las 6 de la tarde, donde un escenario y un espacio cerrado por vallas de contención los esperaba. Alrededor de las vallas, personas de la comunidad LGTB se manifestaron de forma pacífica, levantando pancartas y sus coloridas banderas para mostrarse en desacuerdo con el movimiento del Frente Nacional por la Familia, y de fondo, en el Jardín de las Jacarandas, se podía observar el homenaje a Juan gabriel, organizado por la comunidad LGTB.
Cerca de 18,000 personas asistieron a este evento realizado en Plaza de Armas, donde las personas vestidas de blanco cantaron, bailaron y escucharon como se recitaba en el micrófono el manifiesto que estaban defendiendo. Constantemente repetían que eran muchos asistentes y que harían historia.
A pesar de que la marcha era pacífica, no se pudo evitar que surgieran roces entre ambos movimientos. Las personas de la comunidad LGTB sonreían como si estuvieran proclamando una victoria sólo por estar ahí, expresándose en contra, aunque de vez en cuando si lanzaban uno que otro insulto, que era bien respondido por alguna persona vestida de blanco. Algunos participantes que iban con el Frente por la Familia lanzaban miradas de desdén o molestia a sus ‘contrincantes’ del otro lado de la valla.
Aproximadamente a las 6:30 de la tarde, los policías que cuidaban el área comenzaron a mover las vallas para ampliar el espacio ocupado por el Frente por la Familia, lo cual provocó molestia para los manifestantes que estaban afuera, pues argumentaban que si habían pedido un espacio determinado que fue delimitado por la vallas, deberían respetar el espacio asignado para manifestarse por la comunidad LGTB.
Hubo algunos enfrentamientos más: personas de un grupo cristiano rociaron los carteles de los manifestantes con agua bendita, lo cual provocó burlas por parte de la comunidad LGBT. Una señora de edad avanzada que apoyaba al Frente por la Familia y una chica perteneciente a la comunidad LGTB comenzaron una discusión, la cual terminó con ambas intercambiando la frase “usted puede pensar lo que quiera, pero respete lo que yo pienso” y un coro de aplausos por la audiencia que las observaba.
A las 7 de la tarde, el grupo de conservadores cantó el himno nacional después de haber dado lectura a su manifiesto; al micrófono se dieron unas cuantas indicaciones más que consistían en la recolección de firmas y en agradecer la presencia a las personas que los habían acompañado.
Poco a poco, la multitud comenzó a disminuir mientras muchos se iban después de haber estado por más de dos horas en el evento. Finalmente, la Exedra se vació, pero en ella quedo la gran huella de un enfrentamiento silencioso de ideologías que nos puede decir mucho de la sociedad en la que vivimos, pero del cual aún no conocemos los resultados.