Publicado en noviembre 1st, 2016 | por Yalma Arronte
Las Calaveritas: el pan, la flor y los dulces
El tianguis de los muertitos, Los muertitos o, como es conocido popularmente, Las Calaveritas es una feria que se coloca a un costado del Panteón de la Cruz y en la que se venden todo lo necesario para celebrar los días de todos los santos y de los santos difuntos, el 1 y 2 de noviembre.
En todos sus puestos se pueden conseguir disfraces, bromas, chácharas, comida, pan de muerto, flor de cempazúchitl y dulces mexicanos.
Lizbeth Macías, propietaria de la “Panadería Lupita”, ha tenido un puesto en ese tianguis por más de 10 años. Ahí vende todo tipo de pan de feria, pero su principal producción es el tradicional pan de muerto mexicano.
Lizbeth prepara esa variedad con hojas de azahar, naranja y azúcar. La comerciante explica que, según la cultura mexicana, los huesos y la bola de pan que se ubican encima del reconocido bizcocho simbolizan los huesos y la cabeza del difunto. Este pan se utiliza normalmente como ofrenda en los altares de muerto.
“Después del 2 de noviembre, la fruta y el pan que se deja en el altar pierde el sabor, ya que las ánimas vienen a visitarnos y consumen de sus ofrendas”, cuenta Macías.
La mayoría de las ventas se registran del 26 de octubre al 2 de noviembre. Sin embargo, las ventas han bajado alrededor de 40 por ciento, ya que la subida del dólar ha provocado que los precios de la materia prima también incremente.
Herlinda Delgado Esparza, dueña del puesto de flores “Chayito”, nombrado así en honor a su hija, tiene 25 años de antigüedad en el tianguis. Su puesto, frente al Panteón de la Cruz, vende flores y arreglos para honrar a los difuntos.
La flor de cempasúchil es la que más le produce ventas porque es barata y su principal propósito es honrar a los muertos. Herlinda comenta que, según la tradición mexicana, el color amarillento de esta flor simboliza la muerte y su aroma atrae a las almas al altar. Sus ventas dependen las visitas de la gente al panteón.
“Dulcería Tradicionales Berenice” lleva 30 años vendiendo golosinas comerciales y contemporáneas y dulces típicos mexicanos, como cacahuate, alfajor, camote, biznaga y calabaza. Su propietario es Renato Calvillo, quien cuenta que ahora vende más dulces comerciales a niños y jóvenes que celebran el Halloween.
Los dulces mexicanos, cuenta, los compran personas que van decorar altares de muerto o a llevar ofrenda a la tumba de sus difuntos. Las ventas aumentan en los días 31 de octubre y 1 y 2 de noviembre, e incrementan con las visitas al panteón y a la feria.