Publicado en junio 25th, 2018 | por Andrea Márquez
I Origins
I Origins (2014) es una película de ciencia ficción cuya trama hace cuestionar al espectador sobre su propia existencia. Y es que, aunque no dé motivo alguno para ponerse loco, alienta a ir más allá de lo banal y los límites de teorías que por siglos nos han impuesto.
¿Es una opción más en el mundo espiritual o es simple fantasía?
El director de los filmes “El Rey de California” y “Otro mundo”, Mike Cahill, es un demente fascinante reconocido por hacer pensar que todo existe y todo puede pasar, lo que lo lleva a tener una característica especial que provoca que sus espectadores se adentren más en sus historias, como lo es en “I Origins”, cuya película independiente enfrenta el dilema de la ciencia y la superstición, encontrándose ambos ligados de una manera bastante directa.
“Ciencia vs. Misticismo”, aquel debate que refleja “lo que es y lo que podría ser”. La causa del personaje principal, un científico interpretado por Michael Pitt, refuta la idea de un Dios existente a base de datos comprobados y objetivos. Sin embargo, las experiencias que vive alrededor de la película lo hacen dudar de sus propias convicciones. Claramente nos encontramos ante el mundo espiritual enfrentando a la razón, pero, ¿realmente qué es la razón?
De igual forma nos topamos con la propuesta paradójica que nos emplea Cahill: el ojo humano como ventana del alma y origen de la evolución de las especies. ¿Es aquello resultado de la evolución o de algo divino?
Y algo más: ¿El amor son reacciones arrojadas en el cerebro destinadas a la supervivencia y reproducción? o ¿el amor es por haberlo sido ya en otras vidas, es decir, vidas pasadas? Porque como bien no se puede omitir, la película envuelve una trágica historia de amor que sigue su hilo de principio a fin; interpretando el papel de Sofi, la joven de quien el científico se enamora, Àstrid Bergès-Frisbey.
Realmente me gustó la manera en la que emplean los dilemas en conjunto con la trama. La ciencia vs. Lo improbable. Y lo más atractivo de esto es la facilidad con la que se nos hace dudar hasta de lo más inverosímil. Es increíble cómo la mente humana se niega a cambiar sus creencias aun teniendo evidencias más que suficientes para ello.
Conforme se va desenvolviendo la trama y esta parece más “razonable”, el espectador se ve envuelto en misterios y conclusiones desconcertantes. La historia se encamina con tal naturalidad que por un momento se olvida que estamos frente a una película, nada más. Una película que busca, no convencerte, pero sí cuestionarte ciertas situaciones que, si las analizas, ya no parecen tan chifladas después de todo. Parece casi una desilusión monumental cuando finaliza el filme y te das cuenta que después de todo, sólo es la ficción lo que te puso a dudar hasta de tu existencia.
Personalmente tengo una creencia culposa acerca del mundo espiritual y el misticismo, reencarnación y vidas pasadas. Podría decir que dicha película me mantuvo al tanto de ciertas cuestiones que ya sabía y de algunas otras que desconocía, pero bien, como mencioné antes, estamos hablando sólo de ficción. ¿Estará Cahill tratando de convertir a toda la raza humana en creyentes de su nueva fe?
Un filme donde sobresale la ficción con actuaciones buenas y un soundtrack digno de una película que narra una historia distinta, dramática e inverosímil; desde bandas francesas e independientes como The Dø, hasta bandas de rock alternativo como Radiohead. Una cinta recomendada para aquellos de mente abierta que no temen a salir de sus propias convicciones por mero pasatiempo.