La generación de lo “políticamente correcto”

¿Nos encontramos en un periodo de tránsito generacional donde la lucha por la construcción de una credibilidad social se caracteriza por moverse desde lo “políticamente incorrecto” hacia lo “políticamente correcto”?

Este planteamiento lo reflexiono partiendo de la acción sociocultural que ha edificado, manifestado y transmitido la generación “Z” o como popularmente se les identifica como los “centennialls”, es decir, aquellos jóvenes nacidos entre el periodo 1995 y 2010, a quienes a grandes rasgos se les caracteriza por tener una fuerte dependencia al mundo virtual y la tecnología, la cibercultura, el consumismo exacerbado, pero principalmente, la incorporación de un híbrido de “activismo social” que lleva principalmente una consigna de romper con las formas y las prácticas de lo “políticamente incorrecto” para transitar hacia lo “políticamente correcto”.

Por ejemplo, The New York Times plantea que “los centenialls”, al menos en el mundo occidental, tiene una mayor conciencia de lo “políticamente correcto”: por ejemplo, en lo ambiental, su discurso se ha volcado en el cambio de hábitos alimenticios para disminuir el impacto del cambio climático en el planeta; en lo multicultural, sobre la defensa e inclusión de sectores marginados, por ejemplo, la lucha por la equidad de género, el matrimonio entre personas del mismo sexo, la erradicación del racismo y el machismo en el tejido social, por destacar algunos; lo cual, este diario de circulación internacional sugiere que esto responde porque crecieron y vivieron desde pequeños bajo mandatos de presidentes que rompieron paradigmas, como lo fue Barack Obama.

Sin embargo, es importante reflexionar sobre el por qué y para qué la Generación Z ha decidido adoptar este tipo de discursos de corte sociocultural y político, pues me parece que va más allá de generar cualquier tipo de activismo para luchar contra las desigualdades en el mundo occidental ocasionadas por la globalización y el capitalismo, es decir, que la incorporación de este tipo de consignas a su modus vivendi responde a una necesidad no sólo de sentir afinidad e identidad hacia determinado grupo social, sino que principalmente de adquirir cierta credibilidad social ante la esfera pública con la finalidad ser la antesala para romper el establishment que se ha venido reproduciendo durante las últimas décadas, en donde buscar el diálogo y la negociación no será el tema principal en las agendas públicas, sino que aquello que es lo “políticamente incorrecto” y la diferencia de ideas ante lo “políticamente correcto” merece ser censurado, marginado y reprobado por no querer incorporarse y adaptarse a esta nueva intención de buscar “el bienestar y la justicia social ante las desigualdades” desde lo que “no debió ser” hacia lo que “ahora debe ser”.

Tiene usted la última palabra.