Opinión y Editoriales

Publicado en febrero 19th, 2019 | por Jesús Armas

Notas de un Egresado: El Pequeño Mundo del Desempleo

Las paredes nunca se sienten tan pequeñas como cuando te sometes a su juicio más de 12 horas al día. Cuando la forma de tu cuerpo ya le cansa al colchón y la mente está a vuelta de hoja esperando que el cuerpo le responda. Los párpados ya esperan una especie de permiso para mantener su forma, mientras la boca no suelta otra cosa que culpas y maldiciones. Esas que hacen eco en un solo par de oídos, unos que no podrían mostrar el menor interés.

Así es que uno empieza a ver que está desempleado cuando ya la cartera se ve limitada a monedas, y de alguna manera, el estómago toma formas más redondas. Cuando con aires augustos le escupías a la entrada de tu anterior trabajo, sabiendo para tus adentros que no tardarías en ser recibido con innumerables solicitudes para unirte a equipos mucho más capaces. Y así pasaba la primera semana, con esa sonrisa que no conocía rival, y luego empezaba la segunda, con esa maruchan que no sonaba tan mal.

Y es que no sabes qué pasa. No es un tema de experiencia, ni de tener una mala imagen, al menos una no tan mala. Simplemente nada cambia. Les das mil vueltas a tu currículo, le agregas colores y habilidades de supuesto liderazgo. Prácticamente desde antes que tengan la oportunidad de preguntarte, ya escribiste tu gusto por la esclavitud laboral y el estrés; pero sigues de espalda al techo, ahogándote en la almohada.

Quizá todo se resuelve de una manera u otra, nadie lo sabe realmente, pero esas ideas de incompetencia te cubren las ganas con cobijas cada vez más gruesas.

FacebooktwitterFacebooktwitter

Tags: , ,


Sobre el autor



Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

De regreso a inicio ↑
  • Nombre

    Correo electrónico

    Asunto

    Mensaje