Publicado en agosto 24th, 2020 | por Carlos Olvera Zurita
Safari Urbano: El Zanate no es un Cuervo
La Universidad Autónoma de Aguascalientes es el hogar de numerosas criaturas entre las que podemos enlistar petirrojos, ardillas, peces y tlacuaches, pero sin duda existe una bestia que domina los prados, se trata de los zanates, unos pájaros negros que parecen cuervos pero no lo son.
Los zanates machos son unas aves que miden hasta 43 centímetros de longitud y tienen un color negro iridiscente, con una cola larga, casi del mismo tamaño que el resto de su cuerpo, las hembras, como sucede en muchas otras especies de aves, son menos llamativas, de un color café parduzco y con una medida de hasta 33 centímetros de longitud, además de una cola más corta.
Aunque los zanates machos son parecidos a los cuervos, con comportamientos similares, lo cierto es que quien conoce a estos últimos puede identificar rápidamente las diferencias pues, los cuervos son mucho más grandes que los zanates, tienen plumas menos brillantes, el pico menos afilado, los ojos negros y no amarillos y no hay tantas diferencias entre machos y hembras.
Aunque los Quiscalus mexicanus, zanates o clarineros no formen ni siquiera parte de la familia de los cuervos, esto no significa que sean menos interesantes ni mucho menos inteligentes pues de ser originalmente una especie que se distribuyó en las zonas costeras de México y el norte de Sudamérica, hoy han logrado un gran éxito en las ciudades precisamente por las maneras ingeniosas en las que se han adaptado a la vida urbana, de tal manera que siguen extendiendo su dominio territorial, según la guía de aves de Audubon.org gracias a su dieta que incluye hierbas, semillas, insectos, pequeños reptiles y hasta polluelos de otras aves.
Y aunque los zanates forman parte del paisaje urbano de Aguascalientes en realidad estos animales no son nativos de el sitio y esta es posiblemente la historia más llamativa de estos animalitos.
Resulta que “Colectivo Hojarasca” tiene un vídeo en su cuenta de Youtube en el que explican que los zanates fueron la primera especie invasora de México, pues anteriormente eran un animal limitado a las zonas costeras del país, sin embargo el emperador azteca Ahuizotl, se enamoró de esta especie en una visita a las actuales costas de Veracruz y ordenó que llevaran a unas 20 parejas, mismas que terminaron no sólo por poblar el resto del país, sino por extinguir a otra especie endémica, su pariente, el zanate de Lerma.