Publicado en noviembre 5th, 2020 | por Carlos Olvera Zurita
Back to The Past: Le Debemos Mucho a Horacio Villalobos
Tengo un amigo cuyas condiciones culturales en su infancia no eran las más favorables para un desarrollo integral adecuado, sobre todo para una persona sexualmente divergente como lo es él, por lo que en su pubertad, el futuro hubiera sido tan limitado como lo que podía ver en su contexto.
Un día, me platicó mi amigo, una vecina ofreció a su familia compartirles la televisión por cable, así que desde entonces la información que recibió en su casa no se limitó a lo que Televisa y TV Azteca le ofrecían a su mente puberta.
Aunque a partir de ese momento el contenido al que tuvo acceso fue variado y muy trascendental para su futuro y la forma en la que vio el mundo, no hubo un programa que fuera más importante para su crecimiento y definición que Válvula de Escape en Telehit.
Hasta la fecha Televisa ha mantenido una tradición que le ha comprometido con los grupos de poder a lo largo de su historia y en la década del 2000, cuando el Partido Acción Nacional llegó al poder y el sector más conservador del país se empoderó, esta no fue la excepción.
Sin embargo, en ese entonces Televisa se vio obligado a mantener un doble rostro para no perder más terreno del que había estado perdiendo en la década pasada por la llegada de TV Azteca, así que accedió a mostrar un rostro más irreverente aunque en la televisión de paga para mantener el perfil.
Fue así que Televisa emprendió el proyecto de Telehit a cargo de Memo del Bosque, que sería la competencia de la emisión mexicana de MTV con producciones tan machistas como trasgresores entre las que se enlistan El Calabozo, Black and White y Válvula de Escape.
Todos los días, a eso de las 5 o probablemente las 6 de la tarde, Horacio Villalobos y un grupo de gente sumamente diversa aprovechaban la falta de foco generalizado en Telehit para transmitir Válvula de Escape, un segmento dedicado a hablar de cine, cultura pop, teatro y sexo; además que una vez a la semana se convertía en un segmento de sketches llamado Desde Gayola que se merece su propio artículo.
Aunque cada una de las versiones de Válvula de Escape es digna de comentarse, deseo enfocarme en la edición de sexología donde Horacio se hacía acompañar por Rinna Riesenfeld y Luis Perelman, dos expertos en la materia con los que se hablaba de la manera más abierta de temas como el VIH, sobre todos los espectros de la identidad de género y la orientación sexual, fetiches, anatomía, higiene o trabajo sexual, entre muchos otros que nunca se abordarían y que todavía no se abordan en televisión abierta.
Charlas como las que tenían los interesantísimos sexólogos con el hilarante Horacio llegaron a oídos de muchos y desafortunadamente no de todos los pubertos de México, calando de manera particular en algunos como los míos que por un lado teníamos a un profesor pidiendo a los alumnos homosexuales que se salieran de clase o como las de mi amigo cuyos referentes homosexuales se limitaban al cliché burlón de los comediantes mexicanos de la década.
Villalobos tiene muchas aristas y ciertamente mantiene una postura clasista, es creyente en la discriminación cultural y defiende abiertamente los cánones de belleza establecidos; sin embargo el día en que el señor ya no esté en este plano debe ser recordado y será recordado como la persona que junto con Riesenfeld y Perelman nos enseñaron que la sexualidad, como él, no es está en blanco y negro, sino que se vive en tonos de gris.
Aunque no me atrevo a afirmar que este show sembró la semilla de la evolución sexual acelerada que estamos viviendo en los últimos años en México y Latinoamérica, si me atrevo a afirmar que fue un buen abono para su sano crecimiento y para el mío personal por lo que no puedo dejar de agradecer de por vida a Horacio por su valor y reconocer a Perelman y Riesenfeld quienes a mi parecer, son unas de las personalidades más infravaloradas que tenemos en el país.