Publicado en diciembre 25th, 2020 | por Selene Porras
Cine y Circo: La Última Risa de Chaplin en el Circo
Hoy, y para cerrar la serie de cine y circo os traigo la última película de uno de los grandes actores de todos los tiempos, inspirador de artistas y sonrisas, hoy os quiero presentar la película “El Circo” (1928) del maestro de maestros Charles Chaplin.
La trama me parece fascinante, dentro de su estilo se nos muestra al personaje Charlot perseguido por un oficial de policía, que lo confunde con un carterista. Al correr hasta la carpa principal de un circo intentando escapar, los dueños confunden su huida con parte de un número circense. Como ven los beneficios potenciales, Charlot es contratado en el circo, aunque pronto es evidente que no puede ser divertido a propósito, sino solamente de manera espontánea.
En cada función, a causa de su torpeza, desencadena la hilaridad del público y se convierte en la estrella del espectáculo. Charlot se enamora de Merna, hija del director del circo, pero ella prefiere a Rex, el funámbulo. Charlot sabrá aceptar esta decisión y contribuir a su unión antes de abandonar el circo. Me gusta destacar esta parte de la trama, porque la considero fundamental en el estilo de Chaplin, donde nunca pueden faltar esos detalles que hacen del amor desinteresado una bandera, y que hacen de los sinsabores y descalabros un puente agridulce hacia la capacidad de levantarse una y otra vez de las caídas. De seguir adelante con la conciencia tranquila y el alma tal vez herida, pero no derribada.
Igual me gustaría detenerme un poco más en la primera escena en la que huye del policía, puesto que me parece una composición formidable. En esta escena, Chaplin aparece por la izquierda y el ladrón por la derecha, ambos corriendo y se juntan en el centro de la escena cambiando su rumbo en 90 grados, y corren a la par, de frente, hacia la cámara, es una imagen, para mí gusto tremenda y formidable, la coordinación, junto a realismo de la misma, confieren ese aura de genialidad y de visión que muy pocos tienen, y entre ellos Chaplin sin duda alguna, y en cierta forma un resumen de su obra más técnica, donde pocas cosas se dejaban a la improvisación y casi todo estaba pensado y bien organizado.
También como curiosidad de las escenas me gustaría destacar por la técnica actoral, la última escena de Chaplin sobre la cuerda floja, para la que Charlot practicó durante varias semanas. No usó dobles, fue él mismo el que se subió al alambre, que en ocasiones llegó a estar situado a 12 metros de altura. Sin embargo, durante la edición se deterioró el negativo y tuvo que volver a grabarse la escena. Según el propio Chaplin, la primera versión era más graciosa que la que finalmente hemos podido ver
“El circo”, además, como todas las películas que componen esta serie que les voy presentando estos días, despereza ciertos recuerdos atesorados. Las remembranzas de aquellos tiempos en los que aún se mantenía el esplendor de aquellos espectáculos nómadas. Circos de nombres exóticos que anunciaban maravillas, que efectuaban aquellas giras multitudinarias y que deslumbraban con sus números de magia, de humor, de riesgo, de palpable peligro, y de perplejidad.
Por última vez, pasen y bienvenidos al maravilloso mundo del circo.
COMPLETA: https://www.youtube.com/watch?v=3XNqOMmZU-s&pbjreload=101