Cinefilia

Publicado en diciembre 31st, 2020 | por Selene Porras

Cine Quinqui. La Patria del Rata

Desde el inicio esta película nos sumerge en un ritmo trepidante, adentrándonos como espectadores en la adrenalina que genera la delincuencia. “La Patria del Rata”, de Franciso Lara Polop (1980) comienza con el atraco a un banco. Asalto secuenciado a través de fotos fijas, a forma de narración de la escena. Después de la última foto, se vuelve a los 24 fotogramas por segundo e inicia la acción de verdad en Madrid, capital de España. Así conducidos por un delincuente nos acercamos al mapa urbano del Madrid de la época, “El Rata” huye en un SEAT por Capitán Haya dirección Chamartín. En la huida apresan a uno de sus compinches y al otro le abaten de un disparo. “El Rata” se mete por los barrizales de La Ventilla y a consecuencia del cada vez más estrecho cerco sobre él no le queda otra que colarse en una casa para sitiarse allí con un rehén. El rehén es una niña. “El Rata” tapia puertas y ventanas, informa a la policía sobre que tiene a la chiquilla y se sienta a recuperar el resuello mientras espera que el dispositivo policial mueva ficha. Aquí como espectadora, es cuando yo también respiro y reflexiono sobre todo lo que acaba de pasar en estos diez minutos, quizá quince, frenéticos.

Ya que llevo unas cuantas películas vistas de este género, me ha interesado detenerme a investigar un poco sobre el contexto de España que dio lugar a esta crisis social que atravesaba a la juventud española orillada a la delincuencia y a la drogadicción. He descubierto que, en España en el año 1977, en los primeros años después de la horrible dictadura de Franco, se aprobó una ley de amnistía, principalmente a presos políticos. Debido a esta ley, salieron muchos presos, entre los que se encuentra el protagonista de nuestra película.

Y es que una vez que está en la casa, el director hace una interesante retrospectiva de por qué “El Rata”, ha acabado en esa casa, realizando un paisaje de, como el título de la película indica, “la patria del Rata”. “El Rata” daba algún que otro tirón, pequeños hurtos. De ser el protagonista de Pickpocket pasará a cuasi integrante del Comando Txikia por ponerle jetpacks a dos policías. Se come una condena de las de perpetuidad no revisable, hasta que sale por la ley de amnistía. Ahí, ya fuera, cuando va dando tumbos de una nueva formación política a otra para que le devuelvan el favor, se ve que lo suyo no fue un asesinato ideológico, sino consecuencia de pasar hambre y tener que hacer encargos a terceros para poder cenar caliente. No es Pío Moa y le dan la espalda en todos lados. “El Rata” no tiene quien le acuda a dar consejos desde la línea temporal venidera porque carece de ella, no existe el futuro para él.

En síntesis, el delincuente es presentado como la víctima de una sociedad corrompida, manipulada por políticos demagogos que se dicen demócratas e incluso obreristas, pero que han abandonado al pueblo en la miseria y el malestar social. Se apela a la figura del quinqui como tristemente sintomática de la España insegura y en crisis de “la democracia.” Un delincuente común, ambiguo ex colaborador de la organización antifascista FRAP, pide trabajo a partidos de todo el espectro político, y termina abocado al camino sin salida de la delincuencia.

Así dentro del paisaje del cine quinqui, en esta ocasión se presenta la mezcla de política, delincuencia, drogas y sobre todo la transición que no fue para todos. Y para tentaros aún mas os dejo el enlace de la película completa.

Mira aquí: https://www.youtube.com/watch?v=2RylOctTrqU

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