Publicado en marzo 25th, 2021 | por Locus
Tomar la Siesta Está en Nuestros Genes
Tomar la siesta no siempre se debe al cansancio o la flojera. Un nuevo estudio publicado en la revista Nature Communications revela que una parte de la frecuencia con la que las personas duermen la siesta está en una pequeña parte relacionada con nuestros genes y cómo puede afectar a el cardiometabolismo de una persona.
Un estudio de gemelos estimó la heredabilidad de las siestas autoinformadas y la duración objetiva del sueño diurno en un 65% y un 61%, respectivamente, lo que demuestra una heredabilidad similar o incluso mayor que la heredabilidad encontrada para otros rasgos del sueño, como la duración y el tiempo del sueño nocturno.
El análisis permitió al equipo identificar al menos tres subtipos de personas que, por su genética, tienen más predisposición a dormir la siesta.
Propensión del sueño: hay personas que están predispuestas a descansar más que otras, debido a sus genes.
Sueño ligero: las personas que no pueden dormir correctamente en la noche se les facilita tomar las siestas diurnas.
Ritmo de vida: Personas que debido a cuestiones a trabajos relacionados en su trabajo o alguna otra actividad que implica madrugar.
El estudio se realizó con todo el genoma de las siestas diurnas autoinformadas en el Biobanco del Reino Unido. Además, a los participantes se les preguntó si dormían la siesta durante el día “nunca/ocasionalmente”, “a veces” o “habitualmente”; el análisis identificó 123 regiones en el genoma humano asociadas a dormir siesta.
El análisis de grupos identifica tres grupos distintos de mecanismos que promueven la siesta con asociaciones heterogéneas con resultados cardiometabólicos. La aleatorización mendeliana muestra posibles vínculos causales entre las siestas diurnas más frecuentes y una mayor presión arterial y circunferencia de la cintura, presiones arteriales sistólica y diastólica más altas.
Se observaron correlaciones positivas modestas entre las siestas diurnas y varias enfermedades y rasgos antropométricos y cardiometabólicos, incluidos el IMC, los triglicéridos y la diabetes. “Estos resultados se obtuvieron de una población inglesa, con genética y cultura diferente a la nuestra, por lo que es importante replicar los resultados en España antes de llegar a conclusiones y recomendaciones sobre siesta en nuestro país”.
(Natalia Marisol Jiménez Palomares., LCI, 2º Semestre)