Publicado en agosto 15th, 2021 | por Selene Porras
Dibujos Contra Balas: Visibilizar las Consecuencias de la Violencia en la Niñez
El largometraje documental Dibujos contra las balas, dirigido por la jalisciense Alicia Calderón. Esta producción surgió de la necesidad de la cineasta de encontrar una salida a la violencia que afecta a México desde hace varios años.
Vecinas de Ciudad Juárez organizan refugios infantiles en algunas de las colonias más violentadas del país. Diana, Joseph Bryan y Gael buscan ahí la libertad que perdieron en las calles y tratan de sanar las heridas que la violencia del crimen organizado les ha dejado. Un retrato amoroso sobre la búsqueda de paz en México.
Grabado entre 2014 y 2018, el documental habla sobre la búsqueda de paz en México y en él participaron Karla Uribe y Sofía Gómez-Córdova en la producción; Mónica Blumen, Gabriela Minjares y César Camacho en producción en línea; José Miguel Tomasena en guión y Octavio Arauz en la fotografía.
Dibujos contra las balas toma como punto de partida los 270 mil asesinatos y 40 mil personas desparecidas desde el 2007 en México. En ese escenario, 68 por ciento de los niños se sienten inseguros en la calle. Sensible y poderosos documental sobre los efectos de la violencia, la guerra contra el narco y los feminicidios en Ciudad Juárez, visto a través de un grupo de niños de zonas marginales que han experimentado alguna pérdida familiar o cercana. El filme es articulado con el testimonio de los propios niños y del grupo de maestras que, a través de una organización civil, trabajan con ellos como orientadores, con clases de música o dibujo.
Para respetar los procesos emocionales de los niños, contrataron a una psicóloga que los asesoró y permaneció con ellos durante el rodaje. Lo más duro durante el proceso es darse cuenta de que no había sólo uno, dos o tres niños víctimas, sino que todos tenían cosas trágicas que contar, y estaban pasando por situaciones muy difíciles, narró la cineasta.
La realización tiene el mérito de ser cuidadoso y pertinente al abordar este tema de actualidad y, al mismo tiempo, ser respetuoso con el dolor de los niños y mujeres que prestan su voz. Un balance que no es fácil de lograr, desde el punto de vista ético y cinematográfico. Narrativamente está construido con ritmo cadencioso, una fotografía notable, música que hace eco a los dramas que ocurren en la pantalla y, sobre todo, llena de personajes entrañables.
El contexto retratado en la película no es exclusivo de Ciudad Juárez, sino algo que afecta a todo el país. Aunque hablar de temas delicados como son la desaparición de personas es difícil, Calderón encuentra en las historias de los demás la fortaleza para seguir tratando de hacer un cambio.