Publicado en agosto 25th, 2021 | por Selene Porras
El Despertar de las Hormigas: A la Vista el Machismo Normalizado en la Cotidianidad
El despertar de las hormigas es una película que nos invita a reflexionar sobre las violencias machistas que las mujeres sufren a diario.
Antonella Sudasassi se centra en la violencia machista menos explícita, aquella que se produce contra las mujeres en el día a día mediante la perpetuación de los estrictos roles de género. Dicha violencia es normalizada y por tanto, menos abordada. Además, la directora manifiesta la falta de educación sexual que refleja en la película y que pretende visibilizar dicha realidad de Costa Rica y América Latina, especialmente de las zonas rurales.
“Creo que es absolutamente necesario despojar al amor de los roles tradicionales de género y que a través de la empatía, las personas pueden abrirse a discutir temas complejos. Para mí ese es el papel del cine, contar historias que generen empatía e identificación para construirnos y deconstruirnos”, expresó Sudasassi.
En El despertar de las hormigas, la directora opta por prescindir de todo acentuado conflicto dramático para mostrar lo evidente: que la opresión patriarcal es sistémica y permea todos los rincones de lo cotidiano. Es el micromachismo: heredamos actitudes patriarcales y asumimos un papel dentro de la pareja. “Violencias que no son explícitas y que están tan naturalizadas que pasan desapercibidas”, comenta.
Con un lenguaje sensorial en todo momento al servicio del apunte sutil, la película sólo se excede en el uso simbólico de las hormigas y en alguna deriva onírica algo obvia, pero sus modos revelan a una cineasta con mirada y a una actriz, Daniela Valenciano, con el poder de convertir cada gesto en poderosa forma de resistencia.
Fuertemente ligada a su contexto, aunque desgraciadamente aún extrapolable a muchas sociedades a lo largo del globo, esta película retrata todas esas pequeñas presiones que suponen ser mujer y madre en un ambiente diseñado a medida de los hombres.
La película nos muestra la historia de Isa quien, bajo la dependencia económica de su marido y el control de todos los ingresos comunes, que la obligan a justificar cada mínimo gasto, y ante la mirada escrutadora de una familia numerosa que sobreprotege la figura masculina, lucha de forma silenciosa por mantener su propia casa al margen de los demás.
Con la mirada muy pegada al desarrollo de la infancia y el legado que transmitiremos a las próximas generaciones, la realizadora incide en su preocupación por la transferencia de unos valores abusivos basados en una percepción estereotipada y que no pueden sino perpetuar la desigualdad de un círculo vicioso inquebrantable.