Publicado en septiembre 7th, 2021 | por Selene Porras
El Círculo: Una Invitación a Reflexionar Sobre la Masculinidad Tóxica.
La masculinidad tradicional se define en oposición a lo femenino: los hombres no lloran, no cuidan y tienen que proveer. En cambio, el modelo de masculinidad nueva e igualitaria apuesta por eliminar esos roles de género aprendidos sobre masculinidad y feminidad para que seamos más libres.
Las nuevas masculinidades o masculinidades alternativas proponen replantear la idea de masculinidad y desaprender los roles de género adquiridos durante toda la vida y perpetuados a lo largo del tiempo. Para romper con las actitudes de violencia es importante trabajar primero en la empatía, así como en la corresponsabilidad personal, familiar y laboral, lo cual implica involucrarse en los espacios de cuidado, de limpieza y de atención a otras personas.
La masculinidad hegemónica se relaciona con la cultura de la desigualdad, es decir los hombres mantienen el control para sentirse con poder. En cambio, las nuevas masculinidades apuestan por la horizontalidad, el consenso y las relaciones entre iguales.
La toxicidad de eso que hemos convenido en llamar masculinidad está fuera de toda duda. Desde pequeño, el hombre construye aquello que se supone que debe ser, erige un cascarón cuyas hechuras le constriñen, incapaz de eludir un patrón que, le guste o no, es el que le ha tocado asumir. El reto pasa quizá por reconocer el defecto de fábrica, asumir de una vez por todas que estamos hechos de vestigios de otro tiempo, y empezar de nuevo.
En este sentido el día de hoy quiero recomendar un documental que nos hará reflexionar sobre el papel que han tenido que asumir los hombres y cómo podemos crear una nueva masculinidad.
El círculo, documental de Iván Roiz y Álvaro Priante, retrata la práctica de los «círculos de hombres», una práctica de conversaciones entre varones, no terapéutica, en la que se comparten experiencias sobre la masculinidad, la relación con las mujeres o la expresión de los propios sentimientos. A través de un variado grupo de hombres y varios círculos se explora la violencia, la competitividad o la socialización en cierta idea de lo masculino.
El film se inspira en un libro de Víctor Sánchez y Justo Fernández, ‘Diálogos Masculinos’. Así, los realizadores deciden reunir a varios hombres de Madrid y Barcelona en círculos distintos donde surgirán temas como los privilegios de vivir en una sociedad patriarcal, su relación con las mujeres, la sexualidad masculina…
Los hombres que aparecen en el documental son de todas las edades y condiciones, vienen de distintos contextos y se juntan para hablar sobre las diversas maneras de masculinidad. En la cinta se ve cómo lloran, hablan, escuchan y reconocen sus errores.
El círculo empalma conversaciones, unas más distendidas y otras de mayor intensidad emocional que empiezan con bullying, pasan por la violencia de género y llegan hasta la represión de los propios sentimientos. La película parte de la experiencia de los propios directores en estas prácticas y mantiene esa sensibilidad, aunque sea difícil saber a quién está dirigido exactamente.
El círculo entona su mea culpa particular pero no se queda sólo en eso, aspira a algo más, aspira a un nuevo hombre que está por llegar: “Creemos que la masculinidad tóxica, que es germen y semilla del machismo, y que genera un montón de problemas en los propios hombres, como la pornografía, la violencia o la competitividad, puede servir de acicate para una revisión en profundidad del hombre que queremos ser”, zanja Roiz.