Cultura y Entretenimiento

Publicado en mayo 26th, 2024 | por Lucía Hernández

Así se vivió el Mayo Gallo, una crónica de Uriel Chávez

Mayo Gallo, el festival más importante realizado por la Universidad Autónoma de Aguascalientes. Y yo, un estudiante de comunicación por primera vez trabajando para Locus. La diferencia entre nosotros era abisal pero aún así me comprometí a cubrir fotográficamente dicho suceso. “Pues a chambear”, me dije cuando llegué a la universidad pasando la 1:20 pm y me coloqué el chaleco representando a Locus (20 minutos después de haber iniciado el primer artista).


DeiVich fue el primero en presentarse, quien, a pesar del calor abrumador, logró acumular bastantes personas que coreaban con entusiasmo sus canciones. Decidí buscar un mejor ángulo para mis fotos, procedí a ir detrás del escenario para poder tomar los mejores encuadres, (uno de los cuantos privilegios de portar chaleco).


Gracias a mi locus chaleco pude estar conviviendo con la organización a la par que obtenía muy buenas fotos. Al terminar DeiVich siguió un dueto de música alternativa a más no poder. Tecuejos Electroplásmicos, nombre altamente adecuado para este par de músicos. Tras regalarme un par de fotos en el backstage, procedieron con su espectáculo. Tenían bastante gente moviendo la cabeza al ritmo de su música altamente alternativa y coreando
sus nombres. Mientras tanto yo quedé sorprendido con el contenido lírico y con los momentos que logré capturar.

Con una sobredosis de energía llegó Stormchaser al escenario, cuatro músicos listos para dar una muestra de lo que es el metal hidrocálido. Se armó el slam (gente corriendo en círculos y dando madrazos por doquier) y me mantuve al límite para capturar algunos momentos. Entre tanto desmadre el hambre empezaba a atacarme, pero aún podía seguir.

Pasaban de las 3 PM cuando Raiotz llega al escenario. Directo desde Monterrey, este trío se adueñó del público. En este momento subí al escenario y tuve la oportunidad de tomar fotos en ángulos únicos, acompañado de mi compañero de Locus, Osmar García. Quería seguir ahí, pero al llegar las 4 PM no podía más. Soy humano y siempre sucumbiré ante mis instintos primitivos, como el hambre. Después de una comida de dudosa calidad y un merecido descanso, regresé a la universidad a las 7 PM solo para darme cuenta de que el número de gente presenciando el escenario había aumentado mucho. El Sol sucumbió ante su contraparte nocturna y un espectáculo de luces y humo llenaron el escenario, pero para nada opacaron a los artistas responsables de dicho cúmulo de gente. Clubz, nuevamente desde Monterrey. Fue aquí donde obtuve mis mejores fotos. La experiencia fue increíble y a pesar de la noche, el calor se sentía entre la gente.


Los gritos y cantos se escuchaban en los alrededores y más allá de la UAA. Y cuando pensé que la situación no podía mejorar. Una persona de organización me pidió subir al escenario para tomar la fotografía final. ¿Se lo imaginan? ¿Yo en mi primer trabajo con Locus, explotando mi habilidad de fotógrafo amateur, tomando la fotografía oficial de la organización con Clubz? Pues yo tampoco. Todo resultó ser un fiasco, al estar a punto de subir al escenario, me informaron que hubo una confusión y ya tenían quien tomara la foto. Ya no tenía tiempo, puesto que a las 8 PM debía estar en vivo en mi programa de Soy Comunicación Radio: Tras La Pista. Aunque no pude estar presente en el cierre del festival, pude escucharlo en la radio y los gritos resonaban aún sobre el segundo anillo. Mi día terminó ahí, muchas emociones, cansancio y buenas, muy buenas fotos.

 

Texto y fotos: Uriel Chávez, cuarto semestre LCI.

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