Mujeres y música. Historias de discriminación en la industria local
Tener que usar minifaldas o escotes para “vender”, tener que actuar como hombres para ser reconocidas, ser ignoradas, suplantadas o cosificadas, son algunas de las experiencias que han tenido que vivir las mujeres que se dedican a la música, según expuso un grupo de artistas y una socióloga el foro en la UAA titulado “Las mujeres y la música: avances y obstáculos”.
El encuentro reunió el miércoles 19 a cinco mujeres artistas que expusieron sus experiencias de acoso, discriminación y disgusto ante la industria musical a lo largo de sus carreras.
La bajista Mónica Elena, la DJ Norma Ortiz, la guitarrista y compositora Susana Ramírez, la diseñadora y productora de video musical Jimena Han y la cantante y compositora Geo Blanc compartieron sus experiencias en una mesa moderada por la sociología Evelyn Cristina Araujo Delgado. El foro se celebró ante 41 asistentes reunidos en el Museo Nacional de la Muerte.
Cristina Araujo convocó al encuentro para presentar la investigación de su tesis en artes, realizada con perspectiva de género en la que documentó los problemas que enfrentan las mujeres en la industria musical local, los avances realizados para conseguir más presencia en el medio y abordar los temas de acoso sexual, los estereotipos, la violencia institucional, roles de género, entre otros, aclarando que el panel estaba abierto al diálogo y que las experiencias personales de las artistas ayudarían a entender mejor la problemática.
Las historias en primera persona
La socióloga Araujo, como moderadora, comenzó con una de las preguntas que utilizó para elaborar su tesis, sobre las condiciones adversas que han enfrentado las artistas presentes.
Norma Ortiz relató que hace cuatro años, estando con su banda en Monterrey, uno de sus integrantes propuso la idea de hacer uniformes para cada miembro, sin embargo, a ella no parecían dejarle la opción de escoger qué prendas prefería usar, sugiriéndole utilizar una minifalda y un escote, con la excusa de que necesitaban ¨vender¨. En otro de los ensayos de esa ocasión, intentó aconsejar a un compañero sobre su forma de cantar, pero él detuvo el ensayo y le respondió que cuando ella hubiera pisado los mismos escenarios que él visitó, entonces la escucharía.
Susana Ramírez, integrante de la banda Polilla Pocket, recordó un encuentro de bandas realizado en un bar del centro de Aguascalientes al que fueron invitadas por parte de un amigo de la guitarrista. Pocket era la antepenúltima banda que tocaría ese día, por lo que las chicas se prepararon para tomar su lugar, conectando sus instrumentos y accesorios. Sin embargo, se vieron interrumpidas por el amigo de Susana, quien les pidió de manera apresurada que dejaran a otra banda tocar primero. Aunque accedieron, se preguntaron por qué tuvieron que ceder, cuando se les prometió un espacio específico y el disgusto continuó cuando vieron a los integrantes de la otra banda usando sin permiso los pedales y aditamentos que previamente habían instalado ellas. Al final, canalizaron su enojo porque, recuerda entre risas, ¨lo chido es que nos afectó el enojo para bien, porque traíamos como la energía así, así como bien toda la energía bien fuerte y la neta estuvo bien chido”.
Mónica Elena contó que hace dos años era muy común que llamaran a su novio para pedirle permiso y así invitar a la bajista a grabar covers, la pista de algunas canciones o videos musicales. Incluso con el asunto de los pagos, a pesar de que tenían el teléfono personal de Elena, seguían recurriendo a su pareja para infórmale. También narró experiencias incomodas que tuvo al presentarse en distintos lugares de Aguascalientes, donde se le acercaban personas a preguntarle si en realidad era hombre o sorprendiéndose de que no fuera lesbiana.
Jimena Han es diseñadora, productora de videos musicales y también compone rap, género con el que creció desde niña. Explicó cómo las letras de rap que escuchaba entonces la hacían sentir empoderada y cómo buscó desde la preparatoria la manera de dar a conocer sus canciones y entrar de lleno al mundo del rap en el estado además de su trabajo como ilustradora.
Han narró cómo un rapero amigo suyo le ofreció colaboraciones, exposición de sus diseños y letras e incluso una invitación para grabar un video musical, para el cual le pidió que trajera a todas las amigas que pudiera para hacer multitud, sin embargo, el trato que recibió por parte de su amigo fue distinto al esperado, pues no se le ofrecieron las oportunidades prometidas y las otras chicas que fueron invitadas, al igual que Jimena, solo fueron ignoradas. Tiempo después y con la intención de perjudicarla –explicó– una persona involucrada le reveló en una conversación por qué había sido invitada. La rapera citó la confesión como ¨ellos iban a llevar a sus putas y nos iban a decir cuál de todas estaba más chida¨.
Por último, Geo Blanc comentó que, si bien no tenía una experiencia tan traumática como las de sus compañeras, ella sentía un miedo e incertidumbre constantes al tener que sostener su proyecto de manera muy solitaria, sintiéndose poco valorada aunque nadie se lo haya dicho, expresando que se adelanta y que tiene la mentalidad de prepararse para defenderse de algo o alguien, sin haber pasado nada.
Al terminar de narrar sus historias, el público compartió sus comentarios, aplaudiendo a las participantes y compartiendo de igual forma experiencias personales y pidiendo consejo a las artistas para continuar con sus aspiraciones.
Aunque Evelyn Cristina Araujo no pudo presentar su investigación por completo, destacó ciertos avances que se han realizado, comparando la actual situación con la que estaba cuando ella todavía estaba en la universidad, reforzando su compromiso por promover más espacios de discusión y la promoción de la investigación profunda.