Publicado en octubre 13th, 2024 | por Uriel González
Falsa liebre de Fernanda Melchor
Es de noche y Andrik va de copiloto mientras que el Hombre va manejando con rabia, sus manos se tensan sobre el volante y su pelona suda como nunca lo había hecho, está así porque él intentó escapar, está así porque nadie se sale de sus manos y Andrik no sería la excepción. Es de día y le han avisado a Zahid, que vieron a Andrik; que vive con un señor cerca del Suriana; que ya no anda andrajoso, que se viste como gente de dinero. Apenas va despertando Pachi cuando escucha ruido en el baño, siente el desconcierto de que no ha amanecido en su cama, pero ahí está, con las sábanas pegándose a su cuerpo sudado; piensa en el bebé que crece dentro de su novia y en la hija de ella, que siempre entra sin avisar, piensa que ese día de descanso está para irse a la playa, para irse sin escuchar las quejas de todos. No hay tiempo para Vinicio, desde la muerte de su padre, son las aves quienes le sirven de manecillas, las mismas aves a las que pinta. Las aves y los gritos de su madre tirando cosas, buscando quemar hasta el último resquicio de la existencia de su padre.
“Deténgase, no lo haga, dijo el locutor en su cabeza. Con violencia nada se arregla. Ah, pero qué bien se siente uno, pensó.”
Falsa liebre, es la primera novela de Fernanda Melchor, quien impactó al mundo entero en 2017 con Temporada de huracanes, libro que hace un año volvió a estar en boca de todos por su adaptación cinematográfica. En ésta ocasión, Melchor nos vuelve a prestar su territorio, presentándonos ahora un Veracruz con tenues luces rojas que iluminan poco a la noche; el aire no huele a café de La Parroquia, huele a marihuana y a alcohol; un Veracruz, que como en Temporada de huracanes, sirve de espejo al mundo real en el que las infancias ya no existen, ese en el que se pactan matrimonios adolescentes; un mundo donde la prostitución sigue normalizándose, donde los asesinatos impunes quedan en segunda plana, mientras que en primera se habla de lo bien que se la pasan los extranjeros en el puerto y en el país entero.
“Todos los pinches locos se parecen, primo.”
Fernanda Melchor y la música, vuelven a hacer de estás paginas un recorrido aterradoramente cotidiano; la salsa cantada por Pachi recorre las calles, dando cierta vivacidad a la oscuridad que atraviesan los cuatro protagonistas. Su narración nos envuelve dentro de lugares míticos en México como los mercados laberinticos, las ferias de pueblo y las fondas, pero también se encargará de llevarnos hasta los lugares ocultos; las saunas nebulosas donde los hombres se encuentran con menores de edad, las calles llenas de prostitución y los cuartos sin luz donde se planea un asesinato.
¿Por qué leer Falsa liebre?
Su estructura es la de una novela coral en la que los cuatro personajes tienen el mismo peso en la historia; nosotros leeremos sus desarrollos esperando ese momento de encuentro, ese lugar donde indudablemente se enfrentarán los demonios de cada uno.
Sus personajes están despiertos, pero a la vez parecen habitar la inconsciencia; aquella que nace del calor, del sudor que pasea por sus espaldas, por sus panzas y por sus piernas. Saltan sobre el lector como gente en un retrato familiar, uno donde no existen las sonrisas, sino puras muecas, Andrik solo mira con fijeza a la cámara porque se le ha olvidado sonreír; Zahid ni siquiera mira al lente, está ocupado viendo la sangre escurriendo por sus manos; Pachi tiene la boca abierta mostrando todos y cada uno de sus dientes, sus ojeras se extienden hasta llegar a sus mejillas; Vinicio se abraza al hombro de Pachi, está cansado, sus pies no se ven, pero están cubiertos de llagas y piquetes de una enfermedad que se acaba de ir de su cuerpo, pero no de su alma.
En México existen las noticias inenarrables. Este libro está lleno de ellas, sus protagonistas a la vez son protagonistas de una oscura película filmada en los lugares que nunca vienen a nuestra cabeza cuando nos hablan de Veracruz. Ese Veracruz al que no le canta Agustín Lara, ni el de las novelas de Ángeles Mastretta, no, los individuos que se pasean por Falsa liebre vienen escapando de una realidad que cada día se encaja más en ellos, de una violencia que nace desde sus padres; vienen huyendo para encontrarse, sin querer, en la arena mojada del puerto, donde el mar extiende sus olas a ellos, como sabiéndolos sin salida.
“Había demasiados muertos en el mundo: la tierra bajo sus píes estaba llena de ellos y juntos eran más numerosos que todos los vivos.”
Pronto llegará el día de mi suerte…
Falsa liebre apareció por primera vez en 2013 publicado en la editorial Almadia, después de esa edición no se volvió a reeditar. Pasado el fulgor de Temporada de huracanes, donde Fernanda Melchor adquirió más lectores, los nuevos y los viejos comenzaban a hablar de ese primer libro, el cual era casi imposible de conseguir en físico.
“Quería como darle esta segunda oportunidad, ¿no?, corregir, pulir…la historia es la misma…es muy peculiar porque además de acercarte a un libro que escribiste hace diez años, es acercarte a la persona que fuiste hace diez años”
En una entrevista con Carlos Puig, Fernanda Melchor confesó haber pulido ciertas cosas para esta segunda reedición, ahora publicada en una editorial con mucho más alcance.
Melchor, F. (2013). Falsa liebre. Random House.
Reseña: Uriel González, tercer semestre de LCI
Ilustración: Alondra Mayagoitia, tercer semestre de LCI