Opinión y Editoriales

Publicado en enero 31st, 2025 | por Uriel González

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Las estrellas son los desaparecidos: Reseña de Sacrificios humanos de María Fernanda Ampuero

“Quise gritar, pero no tenía boca.”

Véanlas. Véanlas. Una extranjera que a falta de trabajo se postula para ser escritora de vidas que valen la pena contar. Dos amigas que son testigos de la violencia que asesina a la gente inocente de su país, y a la vez, de dos huéspedes inesperados que prometen traer la salvación al mundo. Una hija, llena de luto, escucha a su madre, quien le contará sobre su madre, sus hombres y la casa en pleno campo donde la abuela escuchaba a El que silba. Cuatro amigas que visitan los restos de esos cuatro surfistas recién ahogados, ofreciéndoles el último baile. La llegada de una nueva niña en la escuela que amenazará la extraña dinámica relacional entre otra niña y su prima. Vean también al chico que se avienta a la piscina lamosa y sale todo cubierto de sanguijuelas, que succionan poco a poco su sangre. Vean como el hombre no contento con colonizar ciudades enteras, se ha propuesto habitar en las cercanías de lo pantanoso, matando la vida que de ahí emana. Véanla, criando a un niño en una casa muy distinta a la de ella, las manitas del infante son limpiadas por las de ella, limpia la sangre y la culpa. Véanlos, varados en un parqueadero interminable, escuchándose el uno al otro, mientras bajan sin parar. Vean a Edith, vean a Lorena, viendo a los monstruos de sus esposos bebiendo cerveza y violando cada vez más la intimidad, los cuerpos y la sangre. Vean al niño, a los niños, uno rodeado de insultos y el otro de excremento, véanlos mirarse, véanlos añorando la intensidad pulcra de la sal del mal.

“–Ese río ya no es un río, es puro muerto, agüita de muerto.”

Son doce los cuentos, las historias, que María Fernanda Ampuero deshila ante sus páginas, las letras forman esas estrellas que alumbran las ciudades largas, de edificios y de desaparecidos; forman el ruido que producen los cráneos de los gatitos bebés al ser aplastados por el zapato de la abuela desalmada, forman y cambian el aire que las protagonistas huelen cuando están enamoradas, ese tan puro y distinto, al oscuro y tóxico que se libera cuando los hombres dejan de ser hombres y se convierten en los monstruos hambrientos de alcohol, sexo y sangre.  En sus historias no solo aparece dibujada una nacionalidad latinoamericana, sino muchas, todas, haciéndose espacio para contar una historia; inmigrantes buscando una mejor vida, un mejor amor, mujeres que fueron niñas, cuerpos con zonas paranoicas, con poca luz, porque hace mucho que se fueron, hace mucho que no están.

“Aprendí a decir esta boca no es mía porque nunca lo ha sido.”

¿Por qué leer Sacrificios Humanos?

Porque María Fernanda Ampuero mostrará la raíz de la sangre, que a su vez es la raíz de todo, esa que se siembra cuando los invasores matan a una nueva reserva natural, esa que nace cuando se está desempleado, esa que nace de la violencia policiaca que deja como resultado las huelgas, las cruces a un lado del río y  ese dolor que queda de las madres suplicando a ese cuerpo cubierto de balas que hace unos días era su hijo vivo;  esa que nace del campo y de los animales envenenados, esa que nace del amor, de los sueños y del odio, eco infinito de las cosas que caen.

Sacrificios humanos está escrita en el llamado terror social, la narración de María Fernanda Ampuero solo nos confirmará lo que el dicho dice: témele más al vivo que al muerto; témele porque el muerto silbara, pero no te secuestrara y te desaparecerá; témele, porque es el vivo el que está poseído por los demonios de su infancia y no el diablo rayando paredes con sangre; témele porque el hambre de los vivos es más voraz que la de cualquier vampiro; témele porque son los vivos los que cubren un crimen e inculpan inocentes; témele porque son los vivos los que se hacen los ciegos cuando ocurre una violación; témele, porque fue un vivo el inventor del sueño americano, que desde hace años ha esclavizado a los inmigrantes;  témele porque allá afuera hay un violador, un asesino, y si se muere es un fantasma, pero hoy vive, y es él quien acecha en la oscuridad.

“Los inmigrantes indocumentados guardamos los billetes desconocidos cerquita del pecho, los calentamos con el corazón, como a hijitos. Así los hemos parido también, con un dolor que abre en dos, que el cuerpo no olvida.”

El verdadero álbum familiar

En una entrevista a El Universo, María Fernanda Ampuero expresa sus obsesiones al escribir, que incluyen esas fronteras turbias que genera el crecer, donde entran, según sus palabras, muchas cosas terribles; también está muy presente la no aceptación, el sentirse un freak, el acoso escolar, las pérdidas y el duelo que todo conlleva:

“Todas las familias tienen un baúl miserable y monstruoso, lleno de todo lo que te puedas imaginar: racismo, hijos abandonados, hijos en otras mujeres, incesto, todo, o sea todo, a mí me interesa mucho más ese baúl que el álbum familiar; para mi ese baúl es el álbum familiar. Hay gente que dice que yo escribo para escandalizar y realmente creo que más bien lo que escandaliza es que haya gente a lo que esto de aquí, no le haga dar alaridos.”

Ampuero, M.F. (2021). Sacrificios humanos. Páginas de espuma.

 

Reseña: Uriel González, cuarto semestre de LCI
Ilustración: Alondra Mayagoitia, cuarto semestre de LCI

 

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Sobre el autor

Estudiante de LCI. Amo leer y escribir; me gustan mucho los boleros y el café. Mis géneros literarios favoritos son el realismo mágico, el terror social, el costumbrismo y la ficción histórica.



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