Salud

Publicado en abril 8th, 2019 | por Oferén Valenzuela

La magia detrás del Caldo de Pollo

¿Alguna vez has usado como remedio a tus penas y dolores el caldo de pollo? Imagina ese plato hondo con una piernita, pechuga, muslo o la parte que más te guste, acompañado del colorido de la zanahoria o la calabaza, quizá unos cuantos garbanzos traviesos y el toque ácido de gotitas de limón.

La experiencia de comer caldo de pollo es más que un deleite culinario, científicamente se ha comprobado que por los nutrientes que contiene, llega a ser medicinal. Así como lo lees, por ejemplo en las recuperaciones tras una enfermedad resulta un aliado potente para elevar tu energía, pues es una fuente de calorías fáciles de digerir. Contiene muchos minerales que apoyan a tu sistema inmunológico e ingredientes que, combinados,  como la cebolla y el ajo, le ayudan a tu cuerpo a desinflamarse pues poseen sulfato de condroitina, glucosamina y otros compuestos extraídos del cartílago y el hueso de pollo.

Desde que es servido en tu plato comienza con su efecto curativo, ya que el vapor que desprende y te avisa a través del olfato lo delicioso que estará, cumple con la función de ayudar a descongestionar. Al momento de colocar una porción en tu boca sigue la magia, el caldo avanza hacia tu tracto digestivo y se va transformando en una capa gelatinosa (coloide hidrofílico ) que ayuda a protegerte de dolores, úlceras, gastritis y mejorar la digestión.

Si todo esto no te parece suficiente, hay un extra que te hará valorar este platillo aún más, al ser un elemento fundamental en la dieta de los mexicanos y estar estrechamente vinculado con tradiciones ancestrales, lo hemos asociado como sinónimo de cariño, hogar, confianza y amor. Seguramente tendrás algún recuerdo familiar donde el caldo esté presente, y por supuesto una receta en especial como la de mamá, abuela o tías (aún si lo has tenido que consumir en los días más calurosos del año, es todo un clásico). Entonces como conjunto de todas estas experiencias el caldo ofrece un efecto placebo cada vez que lo comes, pues te remontará a momentos donde ese calor de hogar, de unión, familia o consuelo se hacen presentes.

Dicen que “un buen caldo resucita al muerto” , que no te falte salsa hecha a mano, algo de limón y tortillas calentitas para acompañar tu caldo de pollo. La próxima vez que lo consumas piensa en todo el beneficio que hace a tu cuerpo y que como por arte de magia te harán sentir más que bien.

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