Publicado en agosto 14th, 2020 | por Carlos Olvera Zurita
Back to the Past
¿Cómo sería E.T. si se hubiera filmado hoy?
Los años ochenta fueron sin duda una etapa grandiosa para hacer cine, las tecnologías habían avanzado lo suficiente como para hacer trabajos convincentes y al mismo tiempo los públicos eran lo suficientemente inocentes como para consumir sin hacerse muchas preguntas, eran material dispuesto para la fantasía.
Esto permitió que los límites entre la ciencia y la fantasía fueran muy difusos, dando lugar a un espectro que, como nadie, aprovechó uno de los hitos del cine más grandes de la época: el igualmente grandioso y polémico Steven Spielberg, quien durante su llamado periodo de “evasión” acabó con la reputación de los escualos, nos interesó en civilizaciones antiguas y puzzles intrincados en Indiana Jones y nos hizo creer en una posible comunicación musical con marcianitos en Encuentros Cercanos del Tercer Tipo.
Esta última no sería la última ocasión en el periodo evasivo de Spielberg en el que tocaría el tema de los extraterrestres pues a inicios de los años ochenta un alienígena visitaría la tierra para recolectar flores y sería olvidado por sus amigos.
E.T. El Extraterrestre nos cuenta la historia de un simpático alienígena de piel café y ojos azules, que un día se queda varado en un pequeño pueblo estadounidense para ser encontrado por Elliot, un niño de 10 años con quien genera un vínculo espiritual/psíquico/emocional a tal punto que un día, cuando E.T. decide emborracharse, Elliot es expulsado de la escuela por su estado de ebriedad.
Han pasado muchos años como para que contar el final de este hit en taquillas sea un spoiler, así que lo siento, E.T. termina afectado por la nostalgia de regresar a su casa y porque la atmósfera terrestre le afecta a tal grado que termina en un río a punto de ser devorado por unos mapaches, así que junto con Elliot y tecnología rudimentaria, fabrica un teléfono para comunicarse con sus compañeros y finalmente es recogido para despedirse de su amigo terrícola a quien le recuerda que siempre estará en su corazón mientras le apunta al corazón con su dedo iluminado en color rojo, no sin antes ser cazados por el CIA.
Hace algunos años saliendo de ver Interestellar de Christopher Nolan, una de mis películas favoritas, un amigo me comentó que uno de los valores más importante de esta obra fue su precisión científica, lo que la hace, según su percepción, muy superior a Gravity de Alfonso Cuarón que había salido un año antes y que no ganó un Nobel de Física pero sí uno que otro Oscar.
Aunque coincido con que Interestelar es superior a Gravedad, mi comparación se ciñe únicamente a los atributos cinematográficos de los filmes porque ¿Desde cuándo la ciencia le ganó a la ficción?
Lo sabemos, en el espacio no hay aire o alguna otra sustancia que pueda transmitir el sonido, por lo tanto las naves no pueden emitir ruidosas explosiones y es casi imposible que Sandra Bullock llegue flotando hasta la nave china en medio de la nada; pero bajo ese parámetro, ¿Es mala la saga de Star Wars? y ¿Dónde queda parada la película del carismático alienígena de Spielberg?
Estoy de acuerdo, E.T. no se puede encajar en la ciencia ficción sólo por tratar de un alien, le corresponde un espacio en el género de fantasía, pero espero que entiendan a lo que quiero llegar con esto, las películas no están hechas para gustarle a los científicos.
Y a todo esto ¿Qué pasaría si E.T. fuera filmada hoy con precisión científica? Para empezar y según un documental que alguna vez miré, si una civilización extraterrestre tuviera la capacidad de viajar entre las estrellas, lo más probable sería que no visitaran la Tierra y si lo hicieran, lo harían mediante robots.
Ahora, en el caso hipotético de que E.T. viniera a la tierra lo más probable es que contaría con protocolos que evitarían que sus amigos se olvidaran de él, y qué bueno porque en lugar de tener su aspecto adorable con esos ojazos azules y ese cuerpo rechoncho físicamente incompetente, podría tener cualquier forma, probablemente sería un pulpo o un gris. En fin, disfrutemos la fantasía.