Paisajes de Poder

Publicado en marzo 5th, 2019 | por Rodrigo Pérez Téllez

Rompecabezas

Hace unos días, uno de los diarios de circulación nacional con mayor prestigio y tradición en el país, Reforma, publicó en sus ocho columnas una nota sobre la conformación de un grupo integrado por gobernadores, periodistas y académicos que buscaba articularse como uno de los principales contrapesos al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, sin embargo, unas cuantas horas después, algunos personajes mencionados en dicha publicación se desmarcaron de participar en dicho grupo, pronunciando a que sus intereses versarán exclusivamente a atender sus actividades políticas o académicas.

Esto me parece pertinente para reflexionar, pues si bien existen varias intenciones por constituir un contrapeso que distribuya el poder hegemónico que se está construyendo desde el púlpito mañanero en las conferencias de prensa y que se legitima en los nuevos espacios públicos como Twitter y Facebook, los esfuerzos de partidos políticos, empresarios, sociedad civil, organismos autónomos, medios de comunicación y poder judicial están siendo contrarrestados e incluso nulificados, pues si bien cada uno de estos actores contemplan en sus propias actividades y agendas adecuarse a las propias coyunturas nacionales, estas parecen pasar desapercibidas, pues estas están desarticuladas.

Pareciera que los esfuerzos van por distintos caminos, si bien existen diálogos entre estos actores, no se ha visto de manera clara que los intereses colectivos logren coincidir para confluir en una misma vía que permita ser un contrapeso efectivo, que tal vez eso sea complejo de medir en números, pero que si bien, puede verse reflejado en dos vías: en las propias decisiones que el Estado tome sobre un fenómeno determinado, así como en la construcción de las ideas y las discusiones en la opinión pública.

Sin embargo, profundizando en el propio sentido de la construcción y la distribución del poder y sus contrapesos denominados como “oposición”, me parece que estamos ante un nuevo fenómeno que no es exclusivo de México, pero sí del siglo XXI: parece que el propio concepto de “poder” que se entendía y ejercía en los sistemas políticos occidentales ha cambiado; es decir, pareciera que quienes actualmente gobiernan naciones como Estados Unidos, Brasil y México, identificaron previo y durante sus campañas electorales este nuevo cambio en el concepto y praxis del “poder”, que además ha sido implementado y operado de manera efectiva en sus discursos, sus propuestas de campaña, pero también, en las propias ideologías que buscan adoctrinar a sus respectivas naciones a través de programas sociales.

Es por ello que ante este nuevo fenómeno de “las nuevas formas de entender y operar el poder”, es que los actores que históricamente han adquirido y legitimado su poder como contrapesos y oposición al Estado -medios de comunicación, sociedad civil, sector privado, academia y poder judicial (por mencionar algunos)-, necesitan detenerse un momento para observar, reflexionar entender, dialogar, confluir y articular ideas, propuestas y conocimientos en común para poder ingresar a la nueva palestra del poder y así, poder legitimar una nueva oposición y nuevo contrapeso ante un preocupante y hegemónico poder que lleva en mandato apenas 100 días de seis años.

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