Publicado en agosto 27th, 2019 | por Oferén Valenzuela
La Realidad Sobre los Eco-Plásticos
Hace algunos años comenzó la tendencia de dejar de pedir popotes para consumir nuestros alimentos porque queríamos apoyar al medio ambiente y reducir la contaminación por plásticos en el océano (nadie soportaba las imágenes de tortugas muriendo por asfixia). A este movimiento se comenzó a sumar una campaña constante para reducir y de ser posible erradicar el total consumo de plástico en cualquiera de sus presentaciones desechables.
Vamos a poner las cartas sobre la mesa, en primer lugar la mayor contaminación la ejerce el sector industrial, quienes además han cometido terribles e irreparables ecocidios. ¿ O séa que mi ayuda no sirve? Sí, si funciona pero además de evitar ciertos consumos, reciclar y reutilizar es necesario volvernos conscientes sobre el origen de los productos que compramos, pues de manera indirecta eso que llega a nuestras manos puede ser producto de situaciones delicadas que van desde la destrucción de algún hábitat o hasta la explotación de personas.
¿Y qué tiene que ver esto con los eco plásticos?
Hay muchos tipos por ejemplo los bio plásticos que resultan hechos de materiales como el maíz o el azúcar. Tenemos también los plásticos biodegradables (muy distintos a los antes mencionados) los cuales están elaborados con materiales petroquímicos o agrícolas y bajo la promesa de descomponerse bajo ciertas condiciones (por ejemplo en el campo de la medicina, suturas que se deshacen una vez cumplida la cicatrización).
Todo lo anterior comienza a surgir como una alternativa al consumo de este tóxico material, son opciones hechas con materiales más orgánicos y que prometen la biodegradación a un tiempo considerablemente más breve que los demás. Entonces ahora ya no sientes culpa de pedir cualquier envase de plástico porque es eco friendly… pero te tengo malas noticias.
Cualquier producto que no pase por las 3R (Reducir, Reciclar y Reutilizar) es basura potencial. No importa de qué materia prima natural esté hecha tu bolsa, envase o popote, si no se le da el tratamiento para su biodegradación se convierte en basura y por lo tanto termina en contaminación (y las tortugas siguen muriendo).
Hay algunos que pueden deshacerse en compostas caseras, otros necesitan tratamiento industrial para desaparecer y otros más pueden volverse materia prima para otros productos. Seguramente resultará complicado el hecho de averiguar el origen de lo que estás consumiendo, pero como precaución y responsabilidad con el medio ambiente, trata de darle más vida a esos deshechos antes de convertirlos en basura. Una vez ocurrido este proceso también hay que, como cualquier otra basura, separarla y buscar la opción de llevarlos a reciclar, o en su defecto a una composta para que puedan terminar su ciclo de vida.
Recuerda que no sirve de nada utilizar otro tipo de plástico si no se le da el tratamiento necesario.