Cinefilia

Publicado en mayo 4th, 2021 | por Carlos Olvera Zurita

¡Aguas Spoiler! Nomadland, Entiendo el hype pero no lo Comparto

Recientemente se llevó a cabo la entrega de los Oscar 2021, la que probablemente es por sus premios, por su formato y por la baja audiencia, la entrega más aburrida de estos galardones de la que se tenga registro y eso ya es mucho decir.

Debido a las situación pandémica en la que sigue el mundo entero que retrasó estrenos esperados, producciones y cerró salas de cine, se pronosticaba que esta entrega sería poco emocionante y la competencia sería más bien protocolaria.

La situación es que con las expectativas bajas en el mainstream de las productoras comerciales de Hollywood, esta fue la oportunidad para que las pequeñas productoras independientes figuraran en el imborrable registro del galardón  y fueron precisamente estas las que ocuparon las nominaciones a mejor película, categoría en la que se coronó Nomadland, producción que también se llevó los galardones a mejor actriz para su protagonista, la gran Frances McDormand y su directora Chlóe Zhao, siendo por cierto esta última la segunda directora mujer en ganar este premio.

Me enteré de la existencia de la cinta ganadora a finales de 2020 al ver a un youtuber que justamente lamentaba lo poco productivo que había sido ese año para la industria del cine pero que, sin embargo, aprovechó para enumerar algunos de los mejores filmes que habían aparecido hasta ese momento.

Entre varias cintas argentinas, españolas, la mexicana Ya no estoy aquí y Soul, el youtuber destacó Nomadland como una de las mejores películas que se habían lanzado el año pasado a las carteleras; así que me dispuse a verla en ese preciso momento.

La película nos muestra a Fern (McDormand), una mujer entrada en años que recientemente ha enviudado y se siente evidentemente deprimida no sólo por la dolorosa pérdida de su marido, sino por su poco remunerado trabajo, el precario remolque en el que vive, pero sobre todo por el frío que hace en su localidad al norte de los Estados Unidos.

En el supermercado donde trabaja, Fern se hace cercana a una amiga que le habla sobre el estilo de vida nómada una especie de subcultura americana en la que sus practicantes trazan rutas por todo el país para recorrerlas en remolques mientras trabajan en empleos temporales y quedan en algunos sitios para compartir sus experiencias.

Sin nada que perder, con mucho frío y sin calefacción en su remolque, Fern decide seguir la ruta al sur en búsqueda de calor gratuito y se instala temporalmente en un campo junto con gente como ella, adultos de avanzada edad que han perdido sus lazos familiares y que son de hecho personas reales y no actores, en la mayoría de los casos.

Entre estas gentes la protagonista conoce a un par de personas que le hacen cuestionar sus decisiones, una mujer en su última etapa de vida que le muestra que se pueden cumplir deseos hasta el final de la vida, y un hombre que le revive la necesidad de mantener los lazos familiares, algo que intenta infructuosamente con su hermana que vive en el más clásico de los clichés familiares americanos.

Nomadland es un filme que toca los filos del realismo, por un lado enfrenta a los espectadores a una experiencia íntima en la que puede sentirse la piel imperfecta de la grandiosa McDorman que logra transmitir todas sus emociones con gestos sutiles, convirtiéndose ella misma en lo mejor de la película.

Por otro lado este realismo sacrifica el dinamismo, la hace sentirse aletargada y poco emocionante, incluso la hace algo predecible y pareciera resuelta desde que Fern se va de su pueblo, pero en general creo que esto es un tema de gustos pues la película sigue siendo grande.

Con 3 estrellas de 5, me animo a referirme a Nomadland como una aventura aburrida con una gran interpretación de McDorman, pero pese a esto creo que es una obra profundísima que habla de la vida y la muerte, un postulado filosófico que nos cuestiona sobre lo que realmente nos ata a los lugares y sí realmente estamos atados, nos habla de la vejez, la juventud y la muerte y resulta un experimento insólito en los Oscar al mezclar la realidad casi documental con las actuaciones catedráticas de su protagonista; modestia aparte a la fotografía, si tienen paciencia véanla.

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