Cultura y Entretenimiento

Publicado en abril 25th, 2023 | por Andy Muñoz

Un mariachi en el salón

Aarón no puede precisar cuántos instrumentos sabe tocar, pero calcula que “alrededor de dieciséis”. Aarón Esparza tiene 18 años

y es músico desde que tenía cinco; ahora, además, es estudiante de Comunicación en la UAA, es mariachi, compositor y tiene un grupo norteño.

Aarón es moreno, delgado y siempre tiene una cara seria. Creció entre músicos, pues gran parte de su familia se dedica a ello. Su primer acercamiento a este arte fue gracias a su papá, que tenía un coro en una iglesia y un grupo de música norteña, ahí Esparza y sus dos hermanos lo visitaban cuando ensayaba y tocaba, lo hacían desde que empezaron a tener memoria y a poder caminar; así fue como, poco a poco, se iban acercando a la música los demás integrantes de la familia.

La primera vez que lo vi en el salón iba vestido con su traje de mariachi, al principio me pareció un poco serio, pero realmente después vi que era bastante extrovertido y ocurrente por comentarios que lanzaba con mis compañeros y a veces nos llegó a enseñar la bonita voz que tiene porque comenzaba a cantar. Mis amigas empezaron a llevarse más con él, pero yo nunca encontré momento para hablarle. Cierta vez llegó a mencionar que sabía tocar “como quince instrumentos”, dos semanas después me decidí por él para entrevistarlo. Porque yo no sabía nada de su vida, y me intrigaba qué tenía que decir un muchacho de 18 años que sabía tocar casi la misma cantidad de instrumentos que su edad que a su vez está estudiando en comunicación. Mis compañeras estuvieron de acuerdo al ver que podían saber más sobre su vida, pues a pesar de que son sus amigas, tampoco sabían mucho de él. Al final, aprendimos que Aarón es una persona que en verdad vive por su sueño, a tal grado de meterse a una carrera que puede ayudarlo a dominar partes esenciales de la vida profesional de un músico.

La vida se cuenta en instrumentos

A los cinco años aprendió a tocar la batería por un tío que llegaba a su cuarto y tocaba la batería. Después de esto, ya entrando a la primaria fue aprendiendo a tocar más instrumentos y a los 10 años fue cuando comenzó a estudiar música en la escuela y, con ello, lo que él considera el inicio formal de su vida de músico, para actualmente tocar alrededor de dieciséis instrumentos, desde lo básico hasta dominarlos totalmente: batería, guitarra, clarinete, violín, piano, saxofón, bajo sexto, bajo eléctrico, guitarrón, vihuela, arpa, órgano e instrumentos de percusión como los bongós, la caja peruana, las claves, el pandero; además de tocar, también tomó clases de canto.

“Es diferente el órgano al piano, en el órgano tienes un teclado grandote y ahí se involucran tres partes del cerebro una para los pies, otra para la mano izquierda, otra para la mano derecha y, pues, estás cantando, yo creo que ése es el más difícil de todos los que he llegado a aprender”, explica Aarón con aire satisfecho sobre la dificultad para aprender cada instrumento. Lo dice con una sonrisa en los labios y abriendo los ojos un poco más grandes de lo normal, mientras se inclina hacia el frente.

Esparza estuvo en diversos grupos que lo ayudaron a desarrollar sus conocimientos musicales. Comenzó en un coro de la iglesia, ahí sigue ayudando cuando puede, tocando la guitarra eléctrica; luego, en un grupo versátil, dónde estuvo cerca de un año y aprendió a interpretar rock en español, rock ochentero, metal, cumbias como las de La sonora dinamita o La sonora santanera, baladas y casi cualquier género; después se integró a la Orquesta Sinfónica de Jesús María, donde aprendió a tocar el clarinete y el piano; el último grupo antes de la actualidad, fue uno llamado El son del Chicahual, conjunto donde se tocan sones tradicionales mexicanos y que le permitió aprender a tocar el guitarrón y el violín. Actualmente está en un mariachi y lleva a la par su propio grupo de norteño junto con su familia, llamado Porte Renovado.

No tiene pensado estar en el mariachi para siempre, pues él ve este ámbito de su vida sólo como un trabajo para poder tener dinero. Lo que a él le interesa como proyecto de vida es “echarle ganas” a Porte Renovado. Desea poder sacar los temas que ha escrito y seguir escribiendo más canciones, tanto para su grupo como para algunos otros.

¿Por qué soy tan infantil?

“Considero que pasé toda mi infancia en el estudio de la música, practicando diferentes instrumentos y no disfrutaba igual que otros niños” recuerda Esparza. Los horarios que tenía le impedían salir a jugar con sus amigos o tener más actividades que no fueran relacionadas a la música, pues por las mañanas asistía a la primaria para salir a la una y veinte, llegaba a su casa a comer porque su entrada a la orquesta era a las dos y ahí estaba hasta las ocho, para llegar a su casa a cenar, bañarse, hacer tarea y dormir.

De esto no se dio cuenta hasta ya más grande, él dice que de niño realmente sí disfrutaba estar tanto tiempo involucrado en el estudio de la música, fue hasta que fue mayor que pudo comprender que le hicieron falta algunas experiencias, pero más que derrumbarse por ello, se refugió en la música igualmente para sanar esa parte de él. Ahora tiene más libertad para salir y divertirse, así que lo hace “hay personas que me preguntan ‘¿Por qué eres tan infantil a veces?’ y pues pienso que la respuesta es que apenas estoy viviendo lo que me faltó de niño” expresa con la mano siempre cerca de la boca en forma de puño.

La doble vida de un mariachi

Aarón Emmanuel Esparza Martínez es un estudiante en la Licenciatura de Comunicación durante el día y músico de dos grupos por la noche. Su decisión de entrar a esta carrera y no continuar sus estudios en la música se debe al hecho de poder ser capaz de dominar los demás aspectos del mundo de la industria musical, “de ahí puedo sacar los recursos para producir mis videos musicales

, a mis canciones darles más coherencia, crear contenido y contenido hasta que salga y va como de la mano para ayudar a que suba, porque yo veía a mis compañeros de los grupos o conocidos que batallaban por lo costoso que era hacer, por ejemplo, fotos para la portada o andar yendo al estudio, entonces qué mejor aprender a hacerlo para no andar batallando, eso fue lo que me llamó la atención”.

Ser estudiante universitario es como una segunda vida para él, “en cuanto Pepe (el profesor de la última hora de clase) dice el viernes ‘ya se pueden ir’ empieza mi vida de mariachi todo el fin de semana; se llega el domingo, por lo regular es en el día cuando hay trabajo, terminamos a más tardar a las ocho de la noche y es cuando se pone play mi vida de estudiante, llego a mi casa, hago unas tareas pendientes y empieza de nuevo el ciclo”, comenta sobre la rutina de sus días, aunque ésta podría ser considerada pesada para la mayoría, él ya se acostumbró y la disfruta, pues tocar para las personas es algo que lo hace muy feliz.

Soñar y ser soñado

La inspiración que recibe cada día para seguir tocando, aprendiendo y trabajar en la música, viene del sentimiento propio, de que todos tenemos una misión en esta vida que se tiene que cumplir en algún determinado tiempo y que debes trabajar para conseguirlo. Aarón siente que ya encontró eso en la música, la inspiración para conseguir sus metas, motivarse en su sueño de ser famoso y poder ganar premios internacionales como los personajes que lo inspiran entre los que destaca a Joan Sebastian o Joss Favela.

Texto: Andrea Alejandra Muñoz Reyes, Edith Espino Estefanía de Anda y Domi Natalia Gómez Villalobos, segundo semestre de LCI.
Fotos: Andrea Alejandra Muñoz Reyes, segundo semestre de LCI.

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Andrea Alejandra Muñoz Reyes



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