Entre el Estándar y la Realidad: La Apariencia Física en los Jóvenes

Desde que era un niño, Eduardo Naim Vidales González era víctima de críticas hacia su físico de parte de su padre, comentarios referentes a su aparente gordura, que recibía en su círculo familiar más cercano.

Lalo, como lo conocen, no fue consciente de las críticas hasta su adolescencia, cuando veía sus fotografías de pequeño y no le parecía que había sido un niño gordo, sino más bien un normal, que estaba creciendo igual que sus compañeros de escuela.

“Yo siempre tuve como eso en mi mente, de que no estaba en mi peso ideal, de que no estaba físicamente bien y pues, siempre tenía eso en la mente de: ‘estoy gordito, debería bajar de peso’. Pero no era por mí, era por lo que me decían”, recuerda.

Lalo cuenta que sus padres se conocieron porque ambos practicaban voleibol, por lo que le inculcaron el deporte desde muy pequeño.

Pasó por el voleibol, básquetbol, fútbol y natación, no fue hasta después de la pandemia, alrededor de mayo del 2021, que empezó a ir al gimnasio a causa de una situación sentimental que lo impulsó a iniciar una rutina de ejercicios diaria.

“Por la tristeza de una decepción amorosa subí de peso y sentí que ya era tiempo de un cambio. Me metí al gimnasio y quise ser físico-culturista, no lo hice porque no tengo los recursos económicos ni el tiempo que esa disciplina necesita”, reconoce.

Agrega que inició una rutina debido a que se sentía inconforme con su físico, sentía que era robusto debido a las críticas que había hecho su papá y la tristeza que tenía después de la decepción amorosa que tuvo durante la pandemia.

Sin embargo, creyó que a causa de su “herencia atlética”, como le llama, se hubiera acercado al gimnasio sin importar las críticas que le hacían.

“Al final de cuentas, créelo o no, el gimnasio sí es como una terapia para ti. Si empiezas a ir por iniciativa propia, pues está muy bien. Con la presión social sí es un
poco más fea la situación porque piensas que tienes que mejorar, porque los demás te dicen que estás mal. Al final de cuentas te das cuenta de que es muy bonito cuidar tu
cuerpo”, dijo Lalo.

De acuerdo con datos del INEGI, entre 2013 y 2018, la población de 18 a 25 año en Aguascalientes realizó actividad física en sus tiempos libres, aunque se observa una
disminución a lo largo del tiempo.

Respecto al tiempo que invierten en la actividad física, la cantidad de horas que dedican los hombres es más grande que la de las mujeres; los hombres realizan 5.5 horas y las mujeres 4.5 horas en promedio por semana.

Locus realizó un sondeo dentro de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, mediante la plataforma de Google Forms, para preguntar a la comunidad estudiantil
acerca de sus razones y opiniones en torno a las actividades físicas que suelen o no realizar en su vida cotidiana.

Sobre la razón principal por la que realizan activación, la mitad respondió que era debido a la mejora de su salud física, mientras que la otra mitad respondió que era por mejorar su apariencia física.

Además, en una de las preguntas del sondeo, el 54.8 por ciento respondió que consideran que hoy en día las personas le dan más importancia a su apariencia física que a su salud.

El psicólogo Héctor Meza menciona que la preocupación por la apariencia física no es un tema de actualidad y que de hecho, él creé que ha disminuido la prevalencia de trastornos referentes a este descontento hacia la apariencia física, en comparación con generaciones anteriores.

“No es una cuestión de ahorita y creo que este es uno de los errores que se ha venido cometiendo desde hace muchísimos años, en el que creemos que es un fenómeno que tiene que ver, por ejemplo, con los medios de comunicación o que tiene que ver con los modelos, o que tiene que ver con las pasarelas o que tiene que ver ahora con el Tik Tok que está acá promocionando su estilo de vida saludable”, explicó.

Agregó que siempre ha habido “cánones de belleza” en la sociedad, por lo que es inevitable encontrarse con personas que están en descontento con la estética de su cuerpo, al no cumplir los cánones que tienen en mente.

Meza destacó que los cánones van cambiando a lo largo del tiempo y comparó la época de los años 90, en la que los cánones de belleza eran cuerpos “extremadamente delgados”, a diferencia de la época actual, en la que a su parecer, se buscan cuerpos atléticos y con musculatura, por lo que las personas adaptan sus hábitos para tratar de encajar.

Considera que la causa de esa obsesión que existe por ajustarse a los estándares físicos, es que a las personas, desde que están en la infancia, se les inculca el odio hacia su propio cuerpo, ya que las críticas más comunes dentro de las familias mexicanas son hacia la apariencia física.

“El comentario incisivo de las familias generalmente iba sobre el cuerpo. Los apodos son sobre el cuerpo: el gordito, el flaquito, el prieto, el güero, las comparaciones, nos comparan a partir de nuestro cuerpo. ¿Por qué no estás como tu hermano, que él sí hace ejercicio y que él sí está guapo?”, señaló el especialista.

Dentro de su experiencia tratando pacientes, Meza comentó que se ha encontrado con personas que a los ojos de él, cumplen con los cánones de belleza y aún así, la queja
por la que acuden a su consultorio es porque se sienten “horribles”.

Afirmó que tanto los personas que sí cumplen con los cánones como las que no, hablan mal de su cuerpo porque se les inculcó como una costumbre.

“Y entonces uno dice, a ver, si incluso la persona que está cumpliendo con el estándar de belleza a rajatabla, si esa persona no se siente guapa, entonces yo creo que lo que estamos haciendo mal no tiene que ver con el estándar de belleza, sino con el cómo hemos aprendido a hablar de nuestros cuerpos”, explicó Meza.

Sobre las campañas de “Body Positive” que se han venido desarrollando en los últimos años, dijo estar a favor en algunos aspectos, ya que le agrada que se fomente el respeto al cuerpo de los niños, precisamente para no inculcarles la costumbre de hablar mal del físico de las demás personas o del propio y no establecer la relación entre infancia y críticas hacia el cuerpo de los niños.
Meza reconoce el hecho de que la sociedad sigue alejada de alcanzar una cultura en la que se valore a las personas por todo lo que son y no por su físico.

El nutriólogo Oliver Ulises López, quien también es entrenador de gimnasio, considera que hay dos tipos de personas que acuden a uno de estos espacios de entrenamiento: quienes lo hacen para mejorar su apariencia física y aquellas que lo hacen con la intención de cuidar su salud física.

“En general, los que van por caso estético, son los que duran más tiempo aquí conmigo; es decir, son las personas que más se cuidan, que tienen mejores hábitos y que esto (el ejercicio y una buena nutrición) lo ven para largo”, indicó en entrevista.

Oliver comentó que percibe una constante en el tiempo aproximado que las personas duran realizando las rutinas que se les impone.

“Los que están por salud, duran muy poco aquí. Yo trato aproximadamente tres meses con ellos; tres meses en los que se cuidan y hacen correctamente las cosas que se les pide, pero en
cuanto se dan cuenta que mejoran sus condiciones físicas y su salud, se retiran y abandonan los buenos hábitos”.

“Realmente es como si dijeran ‘ya estoy bien, puedo seguir con los mismos hábitos que tenía anteriormente’, cuando no debe ser así y tarde o temprano regresan a ser las mismas personas que eran”, agregó.

También percibe que las personas que acuden al gimnasio por estética, se vuelven más organizadas en su rutina de ejercicios y eventualmente crean hábitos enfocados en su salud física, por lo que cree que estas personas son las que verdaderamente mejoran su estilo de vida partiendo del deseo de tener un físico estéticamente llamativo.

“He atendido personas que dejan vicios como las drogas o salir de fiesta a diario. ¿Por qué lo hacen? Principalmente para crear un mejor futuro para ellos, para ser más productivos en su
día, para mejorar en la escuela o trabajo, mejorar en los entrenamientos e incluso dormir temprano, que es algo que la mayoría no hace”, comentó Oliver.

El especialista en nutrición a Oliver ha encontrado una constante entre las personas que acuden a ejercitarse y tiene que ver con la autoestima.

“Es lo más común y por lo que he visto como entrenador y nutriólogo, aproximadamente el 80 por ciento de las personas lo hacen por eso, por cuestiones mentales”.

“Creo que hasta ahora no he conocido a alguien que no me mencione en sus motivos alguna situación de autoestima, por ejemplo: ‘es que me siento mal porque no me gusta cómo se me ve la ropa’ o ‘me siento muy débil, muy ansioso, depresivo’; y esto lo ven como una salida.
Realmente son muy pocas las personas que vienen por gusto”, explicó.

Recordó que en la universidad, las personas le prestaban más atención cuando su cuerpo se empezó a ver más tonificado.

“No solamente es cuidar a un paciente físicamente, sino también hay que cuidarlo mentalmente, porque sí es importante lo físico, pero nunca hay que dejar de lado lo mental”,
agregó.

A partir de las declaraciones de Oliver López, se le cuestionó a Héctor Mesa sobre la comparación de las personas que acuden al gimnasio por salud o por estética y la dedicación que éstas le dan a sus rutinas. En concreto, se le preguntó sobre la que él cree que es la razón por la que las personas interesadas en su estética, se esmeran más en sus rutinas, que las personas interesadas en su salud.

Para Héctor Meza la naturaleza del ser humano por agruparse, de empatizar con otros e incuso ‘mimetizarse’, genera que siga buscando agradar a otros para seguir perteneciendo a grupos.

Reportaje realizado por de: Aarón Emmanuel Esparza Martínez, Yael Alexis Hernández Casas, Idaly Itzanami Heredia Ramírez, Kevin David Ramírez Villalobos y Santiago Núñez Zamarripa; del 3er semestre de la carrera Licenciado en Comunicación e Información, para la materia; Prácticas Periodísticas Digitales, impartida por el maestro Raúl Muñoz Cisneros.