Fruta verde de Enrique Serna
La fruta verde es el deseo, deslizar la venda de nuestros ojos, ver la verdadera cara del placer; dolerá morderla, dolerá ver que el amor puede costarnos hasta la moral, que ha pasado de generación en generación.La fruta verde es jugosa y espera a ser mordida. Tanto que el sabor ácido -distinto- se olvida. Sus primeras tres víctimas tendrán que conocerse, porque así es el fruto, quiere derrotar a la vergüenza, hacerla caer en el nombre del deseo que sale del corazón. Paula, Germán y Mauro; la moral, la anarquía y la sensualidad. Tres personalidades opuestas, tres caracteres potenciales para la fruta verde. Paula la probará al enamorarse de un adolescente; Germán la probará al conocer a Mauro y enamorarse de su cultura y Mauro, quien es cliente frecuente de la fruta verde, morderá con más calma esta vez, viendo en Germán la oportunidad de algo más. La forma de narrar de Enrique Serna es ágil y comprometida, tiene a los detalles de su lado y podemos ser trasladados a ese 1970 con facilidad; caminar por las calles de una Ciudad de México hippie, podemos escuchar los boleros de fondo. Los diálogos de cada personaje son excelentes y representan un mundo propio, con un lenguaje distinto, capaz de diferenciar a uno del otro. Enrique Serna hace uso del lenguaje coloquial y aprovecha el texto para ubicarnos en realidades distintas. El autor explora temas de los que se siguen hablando ahora, pero ponerlos en una época que parece lejana y que funcione, es un don de la técnica, misma que Serna demuestra siempre en sus cuentos y ensayos. Fruta verde es un libro erótico, cómico, trágico, sarcástico y muy mexicano; un libro que bien pudo haber sido prohibido hace unos años; un libro que nos hará cuestionarnos sobre nuestra forma de ver la vida, el sexo y hasta la muerte. ¿Qué queda después de la muerte, sino las ganas de haber vivido realmente?
“En resumen, preferiste ser infeliz que ser anormal”
Por qué leer Fruta verde en 2023
Alguien de nuestra edad descubrirá en la novela aspectos que no nos animamos a experimentar. El autor habla con tantos detalles que es imposible no estar a lado del Mauro dramaturgo; de Germán confundido, como todo adolescente entrando a la Universidad y, porque es inexplicable como una persona tan persinada como Paula y todas sus ideas sobre el amor, sigan encajando en mentes (actuales) donde la sexualidad está tan dentro de nosotros.
Creo que la adolescencia es una etapa que Dios sabe por qué, siempre duele, podrá ser por las dudas, la culpa o el miedo y me parece que en Fruta verde las tres emociones saben muy bien.
La dificultad de hablar de uno mismo
Serna ha declarado en una entrevista reciente que "Fruta verde ha sido el libro que más trabajo me ha costado. Temía pecar de exhibicionista. Quienes escriben sobre su intimidad son las estrellas de la farándula. Pensaba que iba a parecer ridículo que me pusiera a contar cosas íntimas como si presupusiera que existía una curiosidad al respecto. Sentía que lo único que me podía salvar de esas críticas era un rigor estilístico exacerbado. Tardé tres meses en escribir las quince cuartillas del capítulo final, que por cierto escribí al comenzar la novela". En la misma entrevista, el autor anticipa que Fruta verde podría convertirse pronto en un proyecto audiovisual.
Serna, E. (2006). Fruta Verde. Seix Barral.
Reseña de Uriel González, primer semestre de LCI
Ilustración de Alondra Mayagoitia, primer semestre de LCI
Sobre el autor
Uriel González Estudiante de LCI. Amo leer y escribir; me gustan mucho los boleros y el café. Mis géneros literarios favoritos son el realismo mágico, el terror social, el costumbrismo y la ficción histórica.
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