Publicado en noviembre 3rd, 2020 | por Evelyn Villalpando
Leyendas que Todo Buen Mexicano Conoce
LA LLORONA
Dice la leyenda, que una mujer vestida con sedas blancas y cabello oscuro como la noche, deambula por las calles mexicanas por donde alguna vez pasó un río, buscando a sus hijos que un día enloquecida asesinó, ahora arrepentida, busca entre lamentos a sus pobres hijos que un día ella amo.
EL CHARRO NEGRO
Cansado de la pobreza, al diablo su alma vendió por unas monedas, al intentar librarse de su deuda Lucifer lo maldijo. Ahora montando en su caballo busca a los viajantes solitarios, a los cuales les ofrece oro y a cambio de tomar su lugar en el infierno.
LA PASCUALITA
Cuenta la leyenda que, en una tienda en Chihuahua llamada “La popular” conocida por hacer vestidos de novia, se encuentra “La Pascualita” un maniquí el cual permanece ahí desde 1930. En esa época “La Pascualita” tuvo mucho éxito entre los transeúntes puesto que era distinta a los demás maniquís de la época: tenía un mejor acabado en la cera, sus ojos eran de cristal, su pelo y sus pestañas eran implantes de genuino cabello humano, y su expresión, a diferencia de las de tantos maniquíes de mirada inerte, era viva y reflejaba emociones, como si tuviera alma.
Algunas empleadas renunciaron porque la vieron llorar o moverse, y otras se negaban a vestirla porque, supuestamente, le aparecían venas verdosas en las piernas, que posteriormente desaparecían.
EL NAHUAL
Según la leyenda, el Nahual es una criatura oscura y poderosa, la cual por el día cobra la forma de una persona común, pero por las noches posee la capacidad de convertirse en el animal que el desee y así saciar su sed de sangre.
EL CUPACABRAS
Se trata de una criatura parecida a un reptil, de piel coriácea o escamosa, de color gris verdoso y de espinas afiladas o plumas a lo largo de la espalda. Es animal de poco más de 1 metro de altura, y que al estar de pie o saltar guarda cierta similitud con un canguro, el cual ataca diferentes animales en zonas rurales.
LA ISLA DE LAS MUÑECAS
En Xochimilco, se cuenta que un hombre llamado Julián Santana recolectaba muñecas abandonadas, para ahuyentar al espíritu de una niña que murió ahogada ahí mismo. Se dice que el alma de este hombre vuelve constantemente para cuidar a las muñecas.