Publicado en agosto 14th, 2021 | por Carlos Olvera Zurita
Milenials de Ayer y hoy / “Has Cambiado Mucho”, lo Mejor que me Pudieron Decir
En entregas anteriores les conté el chisme de la cancelación del youtuber argentino y comediante Martín Cirio a quien se le había acusado mediáticamente de abuso de menores debido a un mal chiste que había contado al principio de su carrera en Twitter en el que supuestamente hacía apología al abuso sexual de menores de edad.
Tras su cancelación y un supuesto cateo a la vivienda de la madre del youtuber en la que habrían sido encontradas decenas de pendrives, la imaginación del público se disparó y se llegó a concluir que las memorias estaban llenas de contenido prohibido.
Luego de la clausura, Cirio decidió aislarse en su casa casi por medio año y a finales de 2020 volvió a publicar un vídeo en Youtube en el que daba a entender que su cancelación fue un armatoste mediático sin delito alguno por lo que había decidido irse de Argentina pero sobre todo para hablar de la gente del medio que le “soltó la mano”, iniciando de esta manera su temporada en Turquía.
Tras una exitosa pero introspectiva temporada en Turquía y Egipto, hace unos días Cirio sacó un vídeo en el que además de anunciar su regreso a Argentina, realizó toda una tesis acerca del fenómeno de la cancelación partiendo de su propia experiencia.
Aunque su postulado, completo, detallado, elocuente y hasta cómico, es un tema enorme del que podríamos hablar en esta sección, quiero concentrarme en esta ocasión en una parte de su discurso en la que, mencionando aquel error en Twitter de hace casi 10 años que lo hundió apenas el año pasado, cuestiona que el no cambiar es considerado una característica positiva, cuando no es así.
De vez en cuando Martín se pone a leer el diario que escribió hasta entrados los 20 años en su canal por motivos meramente cómicos, sin embargo como lo hace notar una y otra vez, este experimento le permite darse cuenta de cómo ha cambiado en más de una década y lo “sorete” y “monstruo” que era como adolescente, por cierto uno de los momentos más graciosos de su carrera.
Probablemente la mayoría de nosotros tenemos algunos traumas con nuestros padres pero siendo sincero, si conociera a mi yo mismo de adolescente también me caería mal y mucho más mal me caería mi yo de la universidad quien a pesar de tener acceso a tanta información tenía ciertos comportamientos misóginos, machistas, racistas, clasistas e incluso homofóbicos y transfóbicos.
¿El pasado nos define como personas? En pocas palabras sí, pero la pregunta entonces no es si nos define o no como personas, sino cómo lo hace y si hemos avanzado desde entonces o seguimos iguales.
El problema es que hoy en día lo que fuimos no se queda en un razonamiento interiorizado o que se resuelva con terapia, pues con las redes hay constancia de todo lo que estúpidamente hemos puesto ahí, nuestro diario ahora es público y “siempre hay un twitt”.
Independientemente de eso, es importante que, si queremos ser mejores personas, cuestionemos nuestros actos del pasado con una visión del presente y también entendamos que la gente cambia, un twitt o un post de Facebook no deberían definir a alguien, menos ahora cuando el contexto, mayormente para bien, nos hace modificar nuestras actitudes y acciones a fin de apegarse a una cultura que rechace cualquier forma de discriminación o violencia.