Publicado en marzo 14th, 2024 | por Uriel González
Diablo Guardián de Xavier Velasco
Me acuso de ser yo por todas partes. O sea, de querer siempre ser otra. Y hasta peor: conseguirlo, ¿ajá? Me acuso de bitchear, witchear y rascuachear, de ser barata como vino en tetra-pak, y al mismo tiempo cara, como cualquier coatlicue traicionera. Me acuso de haber robado, no una ni dos veces sino a toda hora y en todo lugar, como chingado Pac-man cocainómano. Me acuso de acusar al confesor por mis pecados, y de haberlo nombrado Demonio de Mi Guarda sin siquiera explicarle la clase de alimaña que estaba contrayendo.
Rosalba está sentada frente a una grabadora, que corre sus cintas sin detenerse, esperando el hilo de su voz, que hable y confiese todo desde el principio; desde el robo a sus padres donde comprobó que ladrón que roba a ladrón tiene cien años de perdón, hasta la vida de Violetta, que no es un alter ego que espera el momento inoportuno de salir, no, Violetta tampoco se podría decir que es ella misma, porque ella misma sigue sin creer en los nombres. Violetta es una emoción, la misma que hace que el dinero le queme en las manos y lo gaste todo; Violetta es el brillo de sus ojos cuando ve en Saks todos los abrigos de lujo y los vestidos de aparador que ansía tener en su clóset. Violetta es la soledad, la valentía y una libertad revolcada en cocaína y sangre. Si Rosalba está muerta, Violetta sólo queda para salir de una jaula y encerrarse una y otra vez en cárceles peores a las otras.
“Nunca le creas al dinero. A todos engaña, pero a nadie tanto como al que lo trae cargando”
Xavier Velasco construye en el personaje de Violetta, el retrato perfecto de la antiheroína mexicana de fin de siglo y, a través de ella nos paseará por Ciudad de México con la misma facilidad que por distintas ciudades de Estados Unidos; su narrativa hace que las descripciones separen a una ciudad de la otra, porque no sólo será el frío lo que distinga a Manhattan de la Anzures, ni la gente, ni mucho menos la forma en la que pasa el tiempo, ningún reloj cronometra tanto como las sensaciones de Violetta cuando una brisa levanta su peluca, y cuando sus tacones siguen siendo esclavos de esa que los porta.
“A veces me decían que tenía prisa por vivir, y a mí me parecía que ellos eran los que tenían prisa por morirse”
Diablo Guardián nos da perspectivas distintas y separadas, ninguna refutará a su contraparte y sólo se dedicarán, en cierto tiempo, a contar la historia —narrada en primera persona y a modo de grabación— de Violetta y en una tercera persona —de manera menos coloquial y más pretenciosa— de Pig. Sus vidas marcharan de manera separada hasta el día en que sus existencias converjan; estarán escapando y sin darse cuenta caerán en una trampa que rebasará el amor y se acercará más a la idea de santuario sucio y laberíntico; ese lugar que llevas intentando encontrar desde siempre y que cuando das con él —sin importar que sea una persona— buscarás su redención, te confesarás y quedarás como un peregrino, lastimado, protegido ante la sombra de tu confesor, ante la oscuridad de tu Diablo Guardián.
“¿Has escuchado una canción muchas veces seguida sólo para seguir llorando? Era un llanto tan bonito, como brisa”
¿Por qué leer Diablo Guardián?
Violetta. El gran motivo de esta novela es su protagonista, que cuenta con todas las características de un buen desarrollo de personaje: es completa, autosuficiente y siempre conoceremos los motivos de todo lo que hace y aún así nos desconcertará, porque ella solo sabe cavar. Su pensamiento es versátil y gracias a él podemos leer una excelente crítica social y es que Violetta es la misma crítica social, tiene dentro de su personalidad “antiheroica” todo lo necesario para mostrar el clasismo, el machismo y el malinchismo interiorizado —y muchas veces exteriorizado— de los mexicanos. Violetta es el reflejo que nos negamos a reconocer.
Había un contrasentido sarcástico entre su vocación de anacoreta y el nombre de su carrera: Licenciado en Comunicación . ¿Qué comunica quien disfruta escribiendo con la goma, como no sea una oscura vocación de incomunicador?
Es un personaje que seguirás sintiendo aún después de terminar el libro, Violetta es la definición de que, aun teniendo todo el dinero del mundo, el vacío seguirá ahí, esperando con paciencia. Es Violetta la conductora de esta novela, con ella empezaremos a leer sintiendo la adrenalina de un robo adolescente a gran escala, sobornos inmaduros y los cruces de un país a otro; pero también lo estaremos terminando, sintiendo enojo con ella y un asco con el mundo repleto de hombres que no paran de abusar, de denigrar y degradar; como lectores, navegaremos en la droga y la prostitución, en el cinismo y el goce: en el humor y la adicción que desarrollaremos hacia Violetta, una mujer, que como dice en las primeras páginas, no conoces sino contraes, como los matrimonios y las enfermedades y las deudas.
Violetta es la conductora de un Corvette amarillo y Pig es sólo un simple pasajero que existe para ella, y es que, si hay un error en Diablo Guardián, es que Pig no logra flotar por sí mismo, necesita de Violetta para relucir, en toda la novela los lectores estarán ansiosos por conocer más de ella, dejando los capítulos de Pig como desafortunados —tristes y aburridos— pero “necesarios” contrapuntos de lo que Violetta sí es.
“Creo que lo único de veras recto en este mundo está lleno de mierda”
¡Violetta es nuestra!
En una entrevista que Xavier Velasco dio por motivo del 20 aniversario de la publicación de Diablo Guardián a Penguin Random House, le preguntan por la importancia de Violetta en su escritura:
“Para cuando llegó el año 2000 que fue cuando empecé a escribirla en forma, yo estaba muy metido con Violetta, Violetta y yo éramos uno, al extremo de sentir que estaba escribiendo una autobiografía…nunca en la vida he vuelto a vivir una suerte de unión tan profunda, un mezclarnos completamente el personaje y yo, y creo que no podía pasar dos veces, son cosas que no pasan dos veces en la vida…Violetta tiene muchas cosas de mi madre, de mí y de la vida que he llevado…Violetta es querer hacer una novela.”
Velasco, X. (2003). Diablo Guardián. Alfaguara.
En 2018, la adaptación de la novela se convirtió en la primera serie en español de Amazon Prime.
Xavier Velasco ha publicado luego otras novelas y un par de libros de cuentos. También tiene una canal de Youtube y una columna en Milenio llamada El pronóstico del clímax.
Reseña de Uriel González, segundo semestre de LCI
Ilustración de Alondra Mayagoitia, segundo semestre de LCI