¿Las niñas bien son las siguientes reinas de Polanco?
Las reinas de Polanco son las madres de Las niñas bien, ambas son las que llegan vestidas con tonos pastel al Sanborns de Palmeras, o al de La Casa de los Azulejos, son las que se piden entre sí sus mejores prendas para lucirlas en sus emprendimientos o en las grandes fiestas. Las niñas bien se quejan de que sus madres, Las reinas de Polanco, les entregan sus playeras Polo llenas de sudor, y sus madres les reprochan que el vestido de noche prestado el otro día, fue regresado lleno de perfume Chanel No. 5, el clásico. Las niñas bien creen comprender como es la vida, lo ven gracias a las palabras de amor que su padre les dice a sus hermanos, a los hombres, esos que siempre comen el doble, porque son el futuro sustento, esos que pueden elegir con más libertad todo; Las niñas bien están un poco hartas de escuchar lo mismo de siempre: “es que tú estás estudiando mientras te casas” o “ es que tú te vas a casar no es muy necesaria la carrera ni lo que comas” o aguantar a los comentarios de la suegra (que determinantemente será otra Reina de Polanco) que le dirá con mucha calma “nunca demuestres ser más inteligente que mi hijo, nunca lo interrumpas mientras hable del PRI o del PAN, ni cuando este discutiendo de cultura con su compadre, en fin siéntete culpable, pero nunca lo expongas.” “No menciones la economía, ya ves que el país está para la chingada y nada funciona como antes, tú hazte cargo de la cocina, no le muestres los tickets a mi hijo, tú y tu muchacha lleven todo, que si ya subió mil pesos el queso francés, que si ya no puedes ir a Houston a hacer el shopping, que si la ropa made in México se te hace chafa, no lo digas, guárdatelo y acostúmbrate, no hartes de más a mi hijo, porque él apenas puede con la presión de su trabajo.” Y así, muchas veces se aconsejan entre ellas, Las niñas bien esperando que llegue el verano para poder ir a Acapulco con sus amigas de la Anáhuac y Las reinas de Polanco esperando la misma estación para que sus hijos se vayan al campamento de verano en Estados Unidos, que por desgracia subió muchísimo, hablando en dólares, claro, porque es la única moneda que cuenta.
“Un día de estos, leeremos con grandes titulares: Aproveche, ganga. Se vende México. Urge”.
Guadalupe Loaeza publicó en 1987 el libro Las niñas bien, obra considerada un parteaguas en la forma de narrar en México, y es que en formato de pequeños ensayos, la autora hilvanaba sus ideas sobre la crisis económica que atravesaba México y como la llevaban la clase alta mexicana, esos “nuevos” y “viejos” ricos que veían caer a su alrededor toda su estabilidad.
Un año después se publicó Las reinas de Polanco, un libro que también marcha por los mismo rumbos, ensayos que critican a la clase alta, a sus excentricidades, a sus expresiones y a su forma de ver la vida.
En 2018 se estrenó la adaptación a Las niñas bien, dirigida por Alejandra Márquez Abella. La adaptación fue merecedora de cuatro premios Ariel, entre esos mejor actriz y mejor música original.
Reseña: Uriel González, segundo semestre de LCCE
Ilustración: Alondra Mayagoitia, segundo semestre de LCCE
Aquí está el tráiler de la versión cinematográfica:
Loaeza, G. (1987). Las niñas bien. Océano.
Sobre el autor
Uriel González Estudiante de LCI. Amo leer y escribir; me gustan mucho los boleros y el café. Mis géneros literarios favoritos son el realismo mágico, el terror social, el costumbrismo y la ficción histórica.
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