Opinión y Editoriales

Publicado en junio 29th, 2018 | por Airam Guevara

Rainbow is the new marketing strategy

Después de 49 años de los famosos disturbios de Stonewall en Nueva York, que marcaron la primera protesta pública para exigir los derechos de la comunidad LGBT+, el 28 de junio se sigue conmemorando con el día Internacional del Orgullo Gay, donde no sólo el 28, sino todo el mes de junio se celebra la diversidad sexual y la libertad de identidad, pero también continúa buscando sus derechos por medio de manifestaciones, marchas y actividades en las diferentes ciudades del mundo, pero, al igual que con otros movimientos sociales, entre estas actividades se encuentran las que buscan un fin de lucro, las que son aprovechadas por empresas para sacar al mercado diversos productos con esta temática para poder hacer dinero, vaciando el significado reivindicativo de la lucha.

En playeras, pulseras, fundas para celular, mochilas, incluso en la comida y un largo etcétera, el símbolo del arcoíris representante de la comunidad LGBT+ está presente. En todas partes las empresas utilizan esta simbología para atraer a las personas como estrategia de marketing para llamar la atención del movimiento y poder vender. Pero ¿esto es algo malo?

Habría que ponerlo en perspectiva, en el lado positivo podría pensarse que no, ya que principalmente ayuda a visibilizar al colectivo, crea espacios seguros para ellos y aporta a la lucha un granito de arena, ejemplo de ello son los antros gais que, al mismo tiempo que crean un espacio seguro en donde los homosexuales, bisexuales y trans pueden ser ellos mismos sin que se les agreda ni juzgue, hay una ganancia económica por ello.

En contraparte, tenemos que muchas de las marcas y empresas, sobre todo en este mes, se cuelgan del movimiento y caen en el error de vaciar de significado esa simbología y pasa a convertirse en un producto de merchandising, como cuando las marcas sólo ponen el arcoíris en sus logotipos para atraer a las personas, aunque no sé esté a favor realmente.

Esto es muy nocivo, porque no se hace con la convicción de que el colectivo LGBT+ logre sus derechos, no se hace con el objetivo de aportar algo bueno, sino que se aparenta estar a favor con tal de vender y/o promocionar sus productos.

El hecho de tomar al colectivo LGBT+ como una moda y aprovecharse de ello para vender es aprovecharse de un colectivo que sufre y es oprimido para capitalizarlo, le resta importancia al movimiento y ensucia los valores que encierra la simbología. Se cae en la hipocresía de querer llamar la atención del colectivo para que consuman sus productos porque son LGBT+ Friendly, pero cuando se acaba el mes de junio, todo regresa a la normalidad y sigue existiendo el problema, siguen existiendo las agresiones, siguen existiendo las discriminaciones, siguen siendo una minoría que quiere y merece respeto. A esta comunidad le queda mucho todavía por luchar.

En conclusión, no, no está mal que se capitalice el movimiento LGBT+ siempre y cuando éste aporte algo positivo a la lucha, por el contrario, sí está mal hacerlo cuando el único fin es la remuneración, cuando no se importa por el colectivo y se es ignorante acerca de la causa. Se puede hacer las dos cosas a la vez, un ejemplo perfecto es la campaña reciente de Coca-Cola en Brasil de “Esa coca es una fanta” que toma el insulto homófobo para convertirlo en un símbolo orgullo para el colectivo y al mismo tiempo te están vendiendo una Coca-Cola que en realidad es una Fanta para mandar el claro mensaje de que no tiene nada de malo serlo.

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Sobre el autor

Estudiante de LCI, lectora apasionada y amante de las enchiladas suizas. Me gusta conocer gente nueva e ir al teatro.



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