Opinión y Editoriales

Publicado en diciembre 15th, 2023 | por Uriel González

El rastro de tu sangre en la nieve: el cuento azul de Gabriel García Márquez

La espina de una de las rosas, que la pareja de ministros lleva al encuentro de los recién casados Billy y Nina, es la mariposa que aletea para desencadenar un terremoto devastador. El dedo de la novia, Nina Daconte, es pinchado por la espina; ella, llena de orgullo dice que lo ha hecho a propósito para que la pareja se fije en su anillo de bodas, que no es hermoso, pero si lujoso y antiguo. Antiguo como la cama donde Nina y Billy tuvieron sus primeras veces, en las sábanas calientes, dejando que la brisa de Cartagena de Indias les pegara en los vientres desnudos. Antiguo como el amor que creció dentro de ellos, tan fuerte, que después de tres meses de noviazgo, probaron el casamiento. De la herida de la espina en el dedo de Nina, sale poca sangre, se lo mete a la boca e intenta curarlo con su saliva, es una herida pequeña, afuera amenaza la nieve, nada puede pasar ¿o sí?

“Imagínate—dijo—: un rastro de sangre en la nieve desde Madrid hasta París. ¿No te parece bello para una canción?”

El rastro de tu sangre en la nieve es el último cuento dentro de la recopilación de Extraños peregrinos: doce cuentos; donde todos los protagonistas son latinoamericanos dentro de Europa, Gabriel García Márquez escribe no solo a ellos, sino a los santos adorados, las heridas cruzadas por haber dejado su país de origen y al miedo inherente a morir lejos de la patria. Un padre que quiere canonizar a su hija muerta, un avión y una bella que duerme, atrayendo la mirada de un escritor; una mujer que solo busca hablar por teléfono sin saber que esa decisión será la peor de su vida y una niñera hostil que se encontrará cuidando a sus asesinos. Doce cuentos que están escritos con maestría, pero solo el último es capaz de encerrarnos junto con los recién casados, que después de la cena con el ministro van en un Bentley convertible de Madrid a París. El novio obsesionado con ese coche nuevo y la novia manchando los asientos con la sangre que sale de su insignificante herida.

Gabriel García Márquez hace en este cuento que lo normal por un momento parezca oscuro, confuso y mágico, sin dejar de ser real. La naturalidad con la que trata a sus personajes nos hace pensar que nada malo pasará, que todo esta bien; el amor y la desgracia parecen tan alejados hasta que la pluma del escritor decide ponerlos juntos. El abrigo de bisonte de Nina está empapado de sangre, el traje de Billy también, deciden seguir el camino, llegando a París para buscar un hospital que pueda atender la extraña situación del dedo de Nina.

Azul

Gabriel García Márquez como buen escritor del boom latinoamericano, conoció Francia y se dejó envolver por la neblina que caía en París cuando las cosas se ponían bohemias, solo ahí podía suceder esta historia; tan confusa, como el idioma que uno no comprende y tan fría como los recuerdos, opacos y vacíos. Los bares, la misma comida y el mismo café; el doctor que no aparece y el hotel de una estrella donde dormir es incómodo porque el sueño no llega. Solo París puede dar la vibra nostálgica y desesperanzadora de no volver a ver aquello que tanto amamos.

García Márquez, G. (2005). Extraños peregrinos: doce cuentos. Diana.

Reseña de Uriel González, primer semestre de LCI

Ilustración de Alondra Mayagoitia, primer semestre de LCI

Aquí puedes escuchar un par de versiones del cuento:

 

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Sobre el autor

Estudiante de LCI. Amo leer y escribir; me gustan mucho los boleros y el café. Mis géneros literarios favoritos son el realismo mágico, el terror social, el costumbrismo y la ficción histórica.



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